El nuevo poemario Emily, escrito por Magda Bello, revela en veinte poemas la enigmática existencia de la poeta estadounidense Emily Dickinson (1830-1886), su pasión, amores prohibidos y su encuentro con la muerte.
El poemario Emily, de Magda Bello, se presentará el martes 16 de mayo a las 6:30 p.m. durante la inauguración de la Biblioteca Pública Emily Dickinson, situada en el Centro Cultural Nicaragüense Norteamericano. Entrada gratis.
Este libro “extraña una inmersión en el mundo interior de Dickinson”, y aporta un homenaje que la hace revivir y resurgir, resalta el escritor Jorge Eduardo Arellano en su comentario.
Por su lado, Bello estimó que este primer poemario dedicado a Dickinson le rinde homenaje en su 131 aniversario de su muerte, un 15 de mayo, y como experiencia literaria lo valoró como “un texto híbrido al estar escrito en versos blancos y libres”.
Estos versos —añadió Bello—, vuelven a dar vida literaria a Dickinson, una mujer que se aisló del mundo y la fama temporal, y que al morir dejó a la humanidad más de dos mil versos, y un buen número de cartas que reflejaban su intenso mundo interior e ideas de su entorno social.
Esto se puede ver en su universo poético y espiritual. “Muchos han incursionado en ese cosmos y han caído en el craso error de darle un significado literal a sus poemas; y no perciben que ella fue una mujer que no permitió por ningún motivo ser escrutada”, dice Bello.
En su caso, apunta Bello, leer a Dickinson le permitió entrar a su mundo de soledad, añoranzas amorosas y desafíos a la muerte; y luego escribir sus veinte poemas adentrarse un poco más en su sensibilidad y misterios.
Magda Bello, nacida en Masaya en 1976, también es autora de los poemarios Memorias dispersas (2016), y Tras la huella del príncipe (2017).
Poemas suyos han sido incluidos en Antología del Cisne, de la Sociedad Nicaragüense de Jóvenes Escritores y en la Antología española. También tiene una novela histórica próxima a publicar.
Este libro Emily está disponible en las librerías Hispamer, Literato y Rigoberto López Pérez, en el Centro Comercial Managua.
Lea también: Magda Bello debuta con poemario sobre Bosawás, el amor y la vida
Poemas a Emily Dickinson
(Del libro Emily de Magda Bello)
Sin retorno
Ahí inventé mi poesía
en un alto aposento de la casa dorada;
ahí los abetos se doblan en las colinas
y el éxodo de mapaches se asoma
por el vergel de un herbario.
Ahí la muerte y la existencia
brindan con vino de toronja.
El viaje fue sin retorno.
Señorita Dickinson
Se marchitó con las flores de mayo
y en la luctuosa mansión
se escucha el eco de taconcillos
subiendo las escaleras de los salones.
—Señorita Dickinson
—vocifera el vigía
y una aparición de cabello bermejo,
sentada frente al buró inglés
escribe su funeral en versos.
Señorita Dickinson
durmió con la melodía de Mozart
y el cielo reveló
la pasión de la bella de Amherst.
No tengo voz
No tengo voz más que mis versos,
mi fuerte barricada de papel,
pasión enclaustrada y muros de elegías.
No divulguen los cuervos mi genio
ni mariposas esparzan mi polen,
no tengo voz más que mis versos
y la centena de cartas a los pocos que amé.
Soy así
Me turba el universo de neuronas,
mi poesía es código del silencio.
No ansío ser bóveda de tu sermón
ni aurora boreal de guerreras walkirias
o sonrisa que corte mis abrojos.
Sin mito, ni ovación,
si ves mi puerta sellada,
cartas dispersas, versos confusos;
no reproches mi porte luctuoso.
Soy así.