Indignados y con mucha incertidumbre se encuentran jubilados consultados por LA PRENSA esta semana sobre la crisis financiera que atraviesa el Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS), ya que podrían quedarse sin el dinero de su pensión luego de haber cotizado por muchos años al Seguro Social.
Una de las personas consultadas fue Milagros Castillo, quien mientras esperaba la entrega de una medicina manifestó: “Quedaríamos en el aire todos porque así como vamos aquí no hay quien dé respuesta, porque para mí lo principal es que las (pensiones a las víctimas) de guerra debería ser el Estado el que los cubra, los de la pensión reducida tienen derecho, pero tampoco pueden estar sangrando al Seguro Social, que busquen otros mecanismos. El Estado que se haga cargo de esas cosas (decisiones) políticas”.
Por otro lado, Castillo asegura que los jóvenes le prestan poca atención a la crisis financiera del Seguro Social: “Los que están cotizando ahorita no la sienten porque cuando se está joven no necesita uno medicamentos, ni medicinas, porque hay salud. Ahora uno viejo es quien viene a las clínicas con todos los achaques de la vejez”.
Esta semana se conoció que el FMI sugirió al gobierno de Nicaragua una serie de medidas para evitar el colapso del INSS al año 2019. Entre las medidas sugeridas están aumentar la cantidad de cotizaciones mínimas de 750 a 1,500 y prolongar la edad de retiro de los trabajadores de 60 a 65 años, entre otras sugerencias.
Roberto López Gómez, presidente ejecutivo del INSS desde 2007, salió al paso de las sugerencias “aclarando” que el gobierno no ha considerado hasta este momento aplicar esas sugerencias, pero evitó brindar propuestas concretas para solucionar el déficit de la institución y se limitó a culpar a administraciones pasadas del colapso de la institución en la que él lleva 10 años al frente.
En manos de Dios
Otro jubilado que mostró su indignación por el déficit del INSS fue Juan Pablo Aguilar: “Yo creo que (el INSS) no quiebra si el gobierno traslada todas las retenciones que hace, el Estado debe un montón de plata (dinero). Ojalá Dios quiera que no suceda eso porque sería fatal”.
Al ser consultados sobre ¿qué hubiesen hecho si el déficit del INSS se hubiera conocido cuando estaba cotizando? Castillo contestó: “Me hubiese asustado y creo que sería motivo para hacer una movilización seria”, reflexionó.
El jubilado Pedro Cárdena, mostró su desasosiego: “Es preocupante eso, ideay uno queda sin nada si quiebra el seguro, ¿quién nos va a dar el medicamento?”.
La señora María García no teme por ella la posibilidad del colapso del INSS, sino por su hija y sus nietas.
“Yo ya viví suficiente y desde que cotizo se que todos los que han llegado ahí, han robado y hecho averías. Yo ya me jubilé y tal vez mañana me de un infarto porque padezco de hipertensión y soy diabética, pero me mucho pesar mi hija y mis nietas, las tres trabajan y ganan un poquito, encima les deducen del seguro, pero nadie les ha asegura que van a obtener una pensión, porque seamos claros, los único que tienen seguro su tajada son los que administran el barco”, se quejó la señora de 64 años.
A don Alberto Martínez hay que hablarle del tema con cuidado, porque rápido se enfurece y “de arrecho me puedo morir”.
“Una barbaridad lo que han hecho con nuestras cotizaciones. ¿Cuánto gana el doctor López? (Roberto López Gómez, presidente ejecutivo del INSS). Lleva ahí 10 años y ya sabía que había una crisis, pero lo que yo leo es que el atrevido ha aumentado los gastos del INSS a nuestras costillas ¿Cuánto gana? Hay que revisarlo y obligarlo a devolver al Estado todos los salarios que ganó, porque su trabajo era evitar el quiebre del Seguro y si ahora está otra vez en ruinas es porque él hizo mal su trabajo y no merece seguir trabajando ahí, que renuncie”, dice alterado.