El militar nombrado por Ortega como presidente de INE, en conferencia de prensa del 11 de mayo, al incrementar la tarifa eléctrica en dos por ciento, informa que el Cosep ha tomado, también, la decisión de incrementar la tarifa eléctrica:
El Gabinete de Energía, el Consejo Superior de la Empresa Privada y la Cámara Nicaragüense de Energía han tomado la decisión de aplicar un ajuste del dos por ciento en la tarifa. Terminando con meses de debate sobre el tema.
Un ajuste tarifario no es objeto de debate (menos aún, durante meses), ya que se trata de aplicar, simplemente, un cálculo objetivo de costos energéticos auditados por el CNDC, por medio de reglas contables del sector. Una fórmula de cálculo, con costos incontrovertibles, no da lugar a debate alguno, a menos que se discutan decisiones discrecionales.
Al respecto, declara el presidente de INE una denuncia grave:
hemos recibido reiteradas solicitudes de diferentes Generadores que piden un 8.73 por ciento de incremento a la tarifa.
O sea, que la cámara de generadores del Cosep —denuncia INE— llega a proponer incrementos discrecionales de la tarifa regulada, en beneficio exclusivo del distribuidor.
Luego, el presidente de INE, sin ningún estudio de caracterización de la carga, se atreve a afirmar que:
el sector agrícola recibe 18 por ciento de subsidio; el sector industrial, 9 por ciento; el turismo, 9 por ciento; el bombeo de agua potable, 9 por ciento.
Sin un muestreo estadístico de curvas de cargas típicas, nadie puede determinar responsablemente los costos que cada consumidor produce al sistema ni en consecuencia si su tarifa está subsidiada o no. El presidente de INE está pésimamente asesorado.
Efectivamente ni al Gabinete de Energía ni al Cosep ni a la Cámara Nicaragüense de Energía, les compete tomar ninguna decisión sobre algún incremento tarifario. Si lo hacen violentan la ley por suplantación de autoridad. Respecto a la participación del Cosep en el incremento tarifario, declara José Aguerri: el alza del dos por ciento era necesaria debido al aumento de los precios del búnker. Ese incremento del dos por ciento llega después de dos años de no tener aumento en la energía.
Miente Aguerri desvergonzadamente, al decir que no ha habido incrementos en la energía. La tarifa real ha aumentado, aproximadamente, cada cuatro meses, a medida que el búnker sube de precio, como es lógico. Basta leer las resoluciones RES-INE-CD-01-01-2016, RES-INE-CD-02-04-2016, RES-INE-CD-04-07-2016, y la ley 943 del 13 de diciembre de 2016.
Como el valor de la tarifa se establece arbitrariamente, muy por encima del cálculo correcto, ha habido una tarifa sobrestimada (para un fondo contra la pobreza y para el pago de Caruna). Que puede absorber los incrementos en el Precio Medio de Venta real, sin que se impacten visiblemente en la tarifa abusiva.
Aunque es un delito que una cámara empresarial decida el incremento tarifario de la energía, Aguerri debería mostrar los cálculos que avalan dicho incremento, para no apañar, sin pruebas, los incrementos que hace Ortega. Continúa Aguerri con su declaración desafortunada: habíamos hablado a las empresas que hicieran presupuestos con incrementos porque se daban estos incrementos en el precio del búnker.
Aguerri debió definir el valor concreto del incremento a incorporar en los presupuestos. Nadie, con un dedo de frente, proyecta costos productivos a ciegas, ya que el capital de trabajo no es gratis ni la competitividad en los mercados es indiferente al incremento de costos. Aguerri remata su declaración irresponsable: las empresas privadas proyectaban un incremento de diez por ciento en la tarifa energética, por lo que este dos por ciento lo vemos como ganancia.
Aguerri aplica las cuentas de la lechera, pero, al revés. Cree que mientras mayor sea la proyección pesimista del costo tarifario, la ganancia será mayor. Porque la realidad resultará menos grave que la pesadilla.
Al fin, Aguerri demuestra que no entiende la institucionalidad: en las mesas de negociaciones se pedía un incremento de seis por ciento. Hubo una respuesta positiva para que no se diera un incremento tan alto.
Si se aplican los procedimientos de cálculo establecidos, los costos auditados no dan lugar a negociación ni a discrepancia ni a sorpresa ni …a respuesta positiva. Si alguien pide un incremento del seis por ciento, no es a causa del precio del búnker, sino, de la discrecionalidad, para sustraerle indebidamente recursos a la población.
El autor es ingeniero eléctrico.
