En esta nota de prensa se debería estar hablando del conversatorio de Centroamérica Cuenta 2017 que el periodista Fabián Medina, editor de la revista Magazine de LA PRENSA, moderó sobre crónica periodística y literatura entre los periodistas y escritores Alberto Salcedo Ramos (Colombia), Manuel Jabois (España), Sabrina Duque (Ecuador) y Clara Obligado (argentina-española).
Podríamos estar diciendo, por ejemplo, que el foco de la mesa, según los organizadores del evento, era desmenuzar y analizar esa frontera entre ambos oficios intelectuales, o a como decía el folletín del programa “un espacio de reflexión sobre las formas en que se hermanan los dos oficios a veces tan parecidos pero que juegan con diferentes reglas: periodismo y literatura”.
Colombiano se roba el show
Y es por ahí donde comenzó Medina su trabajo: ¿Hay fronteras entre literatura y periodismo? Y justo diríamos ahora que el debate se hubiera desencadenado por ahí de no ser porque a Alberto Salcedo Ramos, el cronista colombiano de gran trayectoria, se le ocurrió robarse el show.
Con su chispa intelectual del caribe de Barranquilla, sus citas de diversos autores del género periodístico y la literatura, y su amplio bagaje y repertorio de anécdotas de sus personajes, el cronista acaparó la atención, los aplausos y las risas de un auditorio ávido de secretos del oficio periodístico, el 24 de mayo en el Centro Cultural Pablo Antonio Cuadra.
Todo ello, sin perder de vista el foco del tema: periodismo y literatura, algo que al final para el cronista y los otros participantes, viene siendo como dos habitaciones de la misma casa: “Están cerca, pero conviene tener claro que son dos espacios distintos”.
El oro y la oscuridad
¿Ficción o realidad? No hubo nadie, en esa mesa, que se atreviera a negar que la realidad es propia y natural del periodismo, aun en su estructura literaria de la gran crónica, y que la ficción, por muy superada que se vea a veces por la realidad, es materia prima propia de la literatura.
En ese debate Salcedo ejemplificó con el boxeador colombiano Antonio Cervantes, alias Kid Pambelé, personaje central de su libro El Oro y la Oscuridad, quien en su papel de figura pública de fama (caído a menos luego), superaba con creces los límites de la ficción que cualquier novelista creativo hubiera imaginado: como el no pagar la cuenta de sus consumos en restaurante bajo el argumento de que al gran Kid Pambelé se le debía el honor de haber sido el primer gran campeón de Colombia.
El periodismo narrativo en general —y no solo la crónica— se vale de las herramientas formales de la ficción, pero se alimenta de la realidad, estimó Sabrina Duque, mientras que Clara Obligado cuestionaba el mito de la objetividad periodística y la búsqueda de la verdad como objeto primordial del periodismo, algo en lo cual todos coinciden: no hay una verdad única y la objetividad es relativa a los hechos y las herramientas que el periodista usa para tratar de contar una realidad.
Excesos
¿Se ha exagerado el uso de la narración en el periodismo? Hay toda una generación de periodistas jóvenes y otros de amplia trayectoria que recurren a los recursos literarios para desarrollar piezas periodísticas e innegable valor literario, pero, a la vez, advierte el cronista Alberto Salcedo Ramos, hay en ocasiones un abuso del género y los recursos: “Ya los periodistas a veces no quieren ni decir la noticia de que subió la leche, sino que se van a la narralogía: ‘Era una tarde aquella’”.