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indígenas miskitos

Waspan,Nicaragua 21/09/2015: miskitos indigenas desplazados por colonos invasores en la comunidad Waspukta en el territorio Li-aubra. Foto: Jorge Torres/La Prensa

Indígenas padecen hambre y enfermedad

Les llovió en verano y perdieron parte de la siembra. La cosecha que quedó estuvo lista en invierno, pero no podían ir a recogerla por las amenazas de colonos que realizaban “carrileos” cerca de sus parcelas.

Les llovió en verano y perdieron parte de la siembra. La cosecha que quedó estuvo lista en invierno, pero no podían ir a recogerla por las amenazas de colonos que realizaban “carrileos” cerca de sus parcelas, en zonas que se han tomado como parte de una invasión creciente que ha provocado conflictos violentos y ha dejado heridos, muertos y movilizados, sin que el Gobierno intervenga para su solución.

“Una parte de lo que les quedó de frijoles se pudrió, el resto lo están consumiendo poco a poco, pero no quedan semillas para sembrar el otro año. Se están quedando sin comida. Hay hambruna en nuestras comunidades”, expone Susana Marley, presidenta de la Comisión Técnica de la Sociedad Civil Comunitaria de Waspam.

El Centro por la Justicia y Derechos Humanos de la Costa Atlántica de Nicaragua (Cejudhcan) ha denunciado ante el Gobierno y organismos internacionales la situación del conflicto por territorio en la Costa Caribe Norte del país, y sus crecientes efectos colaterales como el desempleo, las migraciones forzadas y la escasez de alimentos que se agudiza en invierno.

“No podemos ir a nuestras parcelas por las amenazas de los colonos, perdimos cosechas de frijoles con las lluvias, salimos a traer un poco de bastimento. (…) Pero nuestros hijos pequeños lloran por comida y nosotras no sabemos qué hacer”, declaró Glady Gamboa, de Esperanza Río Wawa.

En los testimonios que recoge el informe que Cejudhcan presentaría a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y la Corte-IDH, los pobladores de comunidades asentadas a lo largo del río Coco retratan la situación de hambruna. Además de denunciar el abandono gubernamental.

“La gente está viviendo de pescado y pelipita (variedad de musácea). Es lo único que les queda en la zona de Río Coco Arriba, donde no llega ningún tipo de ayuda”, dice Lamberto Chow, representante del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos de Waspam.

Sin salud ni atención

En las visitas a las comunidades, organizaciones han constatado la falta de puestos de salud y brigadas médicas. Recientemente, según denuncia Susana Marley, le fue negado el permiso a una brigada médica de Visión Mundial que visitaría la zona.

Según Lamberto Chow, la única ayuda que han recibido es de parte de una organización religiosa llamada Mesías, que mensualmente les da provisiones a algunas familias.

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