En los jardines hay quienes optan por tener plantas ornamentales, medicinales y/o aromáticas y aunque durante el invierno la mayor parte de estas se rejuvenecen con el agua, volviéndose más verdes y florecidas, muchas podrían morir cuando la lluvia y la humedad es excesiva.
Francisca Mejía Betancourt, ingeniera agrónoma y responsable del área de huertos mixtos y cultivos biointensivos de la Universidad Nacional Agraria (UNA), indica que parte de las consecuencias que ocasionan las fuertes precipitaciones y la excesiva humedad en los suelos es “pudrir” las raíces de las plantas y ocasionar enfermedades bacterianas que podrían llevarlas a la muerte.
En este sentido, la especialista, recomienda poner en práctica algunos cuidados.
- Garantizar el buen drenaje del agua principalmente cuando las plantas están en maceteros. Para ello, haga agujero a estos recipientes.
- Si las plantas están expuestas al suelo, cerciórese de que el terreno esté nivelado para evitar que el agua inunde el lugar y las plantas mueran por asfixia. Una opción es construir mesones con polines u otras superficies para que no estén expuestas a corrientes.
- Crear un techo provisional ya sea de saco, plástico o ramas de árboles para evitar que las gotas de lluvia caigan directamente a la planta y las golpee. Rellenar de tierra la planta es otra alternativa.
- Fertilizar el suelo con abonos orgánicos para que las plantas se provean de nutrientes y ayude a favorecer la absorción y mantenimiento de la humedad. Lo recomendable es aplicar una libra de abono por cada planta.
- En invierno se proliferan las plagas. Por ello es recomendable aplicar fungicidas naturales. Una buena receta casera es triturar una libra de papaya en un litro de agua y aplicarlo a la planta de manera preventiva.