Los mánager quieren a su lanzador más efectivo con mayor frecuencia sobre la loma. Es obvio, es con quien tienen mejores oportunidades de ganar. Sin embargo, los Ángeles han decidido tomarse las cosas con calma.
Juan Carlos Ramírez, quien viene de realizar cuatro aperturas de calidad en cinco partidos iniciados en mayo, recibió un día más de descanso y subirá a la colina mañana (8:07 p.m.), en lugar de hoy, ante Minnesota.
Los Ángeles llevan dos campañas seguidas fuera de los playoffs y tratan de no perder de vista a los Astros en el Oeste, o luchar por un puesto de comodín, pero han batallado bastante con lesiones e inconsistencias.
Y dentro de las variantes aplicadas, Ramírez ha sido extraído del bullpen a la rotación y ha sido un hallazgo. El nica muestra récord de 5-3 y 3.38, pero su dominio crece cada día y el optimismo sobre su futuro también.
Luego de su discreto debut como abridor ante los Royals, ha dado un enorme salto. Incluso llegó a colgar siete ceros ante Oakland el pasado 25 de abril, en la mejor presentación de su carrera. Desde entonces no ha dejado de brillar.
Es más, en su única apertura en mayo que no fue de calidad, mostró un sentido de reacción tremendo. Detroit lo atacó con cinco carreras en los primeros episodios y ripostó con cinco innings sin anotaciones. Fue recuperación instantánea.
Ramírez cerró mayo con 2-1 y 2.67 (10cl en 33.2in) pero ahí se le escaparon dos victorias. Una ante Houston (6in, 8h, 1cl) y otra ante los Medias Blancas (7in, 5h, 2cl) cuando el bullpen se cayó. Así que debió ser 4-1 y 2.67.
No obstante, lo esencial es que J.C. está dando la batalla y siempre nos queda la sensación de que lo mejor aún no ha llegado a su carrera.