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Patricia Belli

La intuición, herramienta para la vida

Cuando visité el Colegio Nórdico me fascinó. La primera sorpresa fueron los propios estudiantes, que escuchan con interés y sin ceremonia, participativos y entusiastas. Las idiosincrasias individuales se expresan libremente sin necesidad de que el profesor los controle: los inquietos están inquietos, levantan la mano para hablar mucho antes que los demás, (¡incluso antes de que empiece la charla!) y los más tranquilos se toman su tiempo. Lo siguiente que noté fue que la relación entre los profesores y los estudiantes es horizontal y fraterna, asombrosamente todos se hablan de vos, con respeto.

Lo demás no lo noté sino que me lo mostraron: como funciona la enseñanza. La audacia de reconciliar campos de conocimiento que normalmente se estudian separados reúne matemáticas con trabajo manual, por ejemplo. Si el problema es como hacer un escudo vikingo, la solución es dibujar, calcular, cortar, hacer. Ese vínculo entre teoría y práctica visibiliza los beneficios del aprendizaje de modo natural y lo convierte en un juego. En esas condiciones la creatividad surge espontáneamente, por el mero hecho de no estar coartada, el desafío lúdico la propicia.

Fui invitada al Colegio Nórdico Internacional, para hacer una charla por mi trabajo como artista y como educadora de artistas en EspIRA. Quince años de educación en creatividad me han servido para conocer los beneficios del enfoque integral. Comprender los problemas desde esa perspectiva abre una puerta al pensamiento lateral, es decir, al uso de la imaginación.

El pensamiento lateral facilita las conexiones: se conecta la situación nueva con un problema ya conocido y se traslada la solución de un campo a otro. (Quizás nadie inventó la rueda, sino que vio un tronco rodar…). Entonces, el problema no es enteramente nuevo, tampoco la solución, pero el encuentro entre ellos sí lo es. Y ese encuentro es difícil de lograr mediante el pensamiento lógico —sería un camino mucho más largo e incluso improbable—.

El pensamiento lógico se desarrolla en el hemisferio izquierdo del cerebro, donde se procesan el lenguaje, las matemáticas y la comprensión analítica. Mientras tanto, en el lado derecho la tendencia es hacia la intuición, las imágenes, los sonidos, las emociones y sensaciones. Y está encargado de la memoria visual y de la síntesis. En realidad los dos hemisferios se retroalimentan y se involucran en todos los procesos, pero esta es una simplificación útil para la explicación.

Regresando a la educación: la escuela tradicional se esmera —cuando es esmerada—, en entrenar el lado izquierdo del cerebro. Ken Robinson, reconocido especialista en educación, advierte que nuestro sistema educativo actual surgió de las necesidades de la era industrial, que jerarquizaron las materias por su utilidad para la época. Las útiles eran matemáticas y lenguaje, humanidades después y las artes por último, inútiles para el desarrollo de la industria. La memorización de preceptivas y fórmulas científicas era lo valioso.

Entonces, relegar las artes a último plano viene de un modelo que relegó todos los procesos del hemisferio derecho del cerebro, incluyendo las emociones y la creatividad, por ser innecesarias para sus propósitos. De acuerdo con ese modelo ya las soluciones están dadas —solo hay que aprendérselas—, con lo cual probar otra cosa y equivocarse no es rentable, ni útil, ni bueno.

Las soluciones prefabricadas no dejan lugar a la experimentación… pero… es en la experimentación donde se ejercita la creatividad. Y solo con creatividad se les puede hacer frente a los problemas nuevos: los planetarios, los sociales, los personales, con soluciones que no sean más de lo mismo… porque más de lo mismo, o no funciona, o  viene con limitaciones.

La contradicción es que muchas personas talentosas, de toda edad, se ven subvaloradas por ser demasiado intuitivas —y no analíticas—, pero muchos problemas se acumulan en el mundo sin resolver por falta de mentes intuitivas, innovadoras.

En los años que tiene EspIRA hemos generado metodologías que apoyan a los creadores a desarrollar el pensamiento lateral y a encontrarse con el entorno de manera propositiva. Nuestra herramienta es la creatividad y el método es la participación, la horizontalidad. Las habilidades de discutir y argumentar —que son desarrolladas por el hemisferio izquierdo—, son igualmente necesarias y hay que estimularlas. El ideal no es someter un lado del cerebro con el dominio del otro, sino encontrar el equilibrio, pero como hay un lado históricamente privilegiado, tenemos que desplazarlo temporalmente hasta lograr ese balance, de modo que se puedan formar seres integrales que sientan, intuyan, intenten y razonen.

Si a estos seres, además se les ofrecen condiciones para expresarse y participar, su saludable autoestima les va a permitir proponer y tomar decisiones, buenas decisiones. O malas, lo que también es bueno, sobre todo en un proceso de aprendizaje. Esa oportunidad es un bien para toda su vida.

Esa es la oportunidad que también ofrece el Colegio Nórdico, no solo a artistas sino a futuros adultos de todos los campos.

Desde que nos reconocimos como organizaciones compatibles empezamos a considerar modos de aliarnos para hacer sinergia. Para comenzar, hemos creado un curso de Dibujo Intuitivo para aprender a dibujar a través de redescubrir cómo mirar. Los ejercicios están destinados a trasladar el énfasis de las palabras a una mirada fresca. La habilidad técnica es el resultado de dinámicas divertidas que obligan al hemisferio izquierdo a retraerse, liberando la capacidad de observar.

El Colegio Nórdico es eficaz en su tarea de preparar estudiantes para la vida. Mediante su pedagogía integral no solo incluye las distintas materias que demanda el Mined y otras anexas como carpintería y cocina, sino que logra reunir esos campos en ejercicios que le ofrecen a los estudiantes la oportunidad de comprender los problemas como conjunto y así mismo encontrar las soluciones. Nuestras coincidencias nos reúnen en metodologías que son más que un modelo pedagógico: son un modelo de vida.

La autora es pintora, escultora y precursora del arte contemporáneo en Nicaragua.

Opinión Colegio Nórdico Internacional intuición archivo
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