El coordinador del Consejo Nacional para la Defensa de la Tierra, Lago y Soberanía, Medardo Mairena, demandó que “cese el asedio y la militarización a las comunidades de Punta Gorda”, en el Caribe Sur de Nicaragua. El llamado lo hizo durante la marcha número 88, en la que los campesinos expresaron, este sábado, su repudio a la construcción del Canal Interoceánico.
“Desde aquí exigimos que cese la vapulación a nuestros hermanos campesinos, vamos a exigir la desmilitarización en esta zona, porque lo único que han hecho es golpear a nuestros hermanos campesinos”, expresó Mairena.
“Una vez más exigimos a (Daniel) Ortega (que respete) el derecho constitucional de cada persona, que respete nuestra propiedad privada”, agregó.
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El punto de reunión fue el puente colgante sobre el río Punta Gorda y luego recorrieron el pequeño poblado, habitado por 300 familias exigiendo la derogación de la Ley 840.
“La gente no trabaja tranquila, mira militares dando vueltas y ellos saben que responden al Gobierno”, dijo Mairena cuando tomó la palabra. En su discurso insistió en la unidad del movimiento campesino que protesta contra el Canal desde septiembre de 2013.
Bajo la lluvia centenares de campesinos marcharon este sábado. Algunos levantaron banderas azul y blanco y corearon: “No vendemos ni regalamos nuestras tierras”, durante su recorrido.
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Teresa Espinosa (38), madre de ocho, tardó una hora a paso rápido para llegar hasta el Polo de Desarrollo desde su finca, ubicada en el poblado El Diamante.
“A mí me dijeron que me iban a quitar mis tierras, pero no quería creer hasta que miré pasar a los chinos por mi comunidad midiendo el terreno y dijeron que nos las iban a comprar, pero mis tierras no las vendo, son de mis hijos”, dijo la mujer, quien fue acompañada por su esposo durante la protesta.
La concesión para la construcción del Canal fue entregada por Ortega al empresario chino Wang Jing en junio de 2013.
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Pese a la inconformidad de los campesinos, el Gobierno ha hecho caso omiso a la solicitud pública de que la Ley 840 sea derogada, una demanda que les ha costado ser víctimas de represión policial, bloqueo y espionaje.
Sin impedimentos
El Gobierno dejó realizar la marcha en Polos de Desarrollo. Seis policías con uniforme oscuro, similar al de las tropas especiales, estuvieron ahí y se miró uno que otro miembro del Ejército.
Los campesinos cantaron rancheras, hicieron estallar cohetes, morteros e improvisaron letras en alusión a su lucha contra el Canal.
Otro de los asistentes fue Gustavo Medrano, a quien le dicen “El Chele”. Vive en su finca ubicada en la comunidad de Atlanta, donde estaba previsto se realizará un lago artificial en el marco del proyecto canalero.
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Hasta su propiedad llegó a acampar un número considerable de chinos, llevaron distintos materiales de construcción para hacer un campamento y ahí nomás le anunciaron que le iban a comprar sus tierras.
“Cuando leímos la Ley (840), nos dimos cuenta que no nos iban a pagar lo que valían”, reflexionó Medrano, mientras sus compañeros de lucha caminaban raudos en la única calle del Polo de Desarrollo Daniel Guido.
La protesta 89
Los organizadores de las protestas campesinas tienen prevista para el martes 13 de junio otra marcha en la comunidad El Dorado III, de El Tule, Río San Juan, y desde ya están pensando en la manifestación número 90, la que podría realizarse en la comunidad La Fonseca, en Nueva Guinea. De ahí es originaria la líder campesina Francisca Ramírez, excoordinadora del Consejo Nacional para la Defensa de la Tierra, Lago y Soberanía, quien destacó en esta ocasión la unidad de todos los que protestaron contra el megaproyecto.
El Canal
Según la información pública del proyecto, la construcción de la obra fue estimada en 50 mil millones de dólares, tendría una extensión de 278 kilómetros y atravesaría el país desde el sur, en Brito, cruzaría 105 kilómetros en el lago Cocibolca y llegaría hasta el Caribe Sur.
Aunque no se reporta ningún avance de las obras, los campesinos han insistido en que la Ley entrega la soberanía del país al chino Wang Jing y han dicho que su derecho de propiedad está en riesgo. Campesinos de Ometepe y Rivas en el sur del país se juntaron con gente de El Tule, Nueva Guinea y El Ayote para protestar este sábado.