Los llamados “árboles de la vida” o “arbolatas” a como le llama popularmente la gente, se vieron por primera vez hace cuatro años con la celebración previa del aniversario 34 de la Revolución Sandinista y desde entonces no solo se han multiplicado, también se han convertido en el logo oficial del Gobierno, desplazando el escudo sicodélico que llevaba el lema “Unida, Nicaragua Triunfa”.
Sin representar al sandinismo histórico, la silueta de los árboles de lata aparece reflejado en el documento del Presupuesto General de la República, los informes de las instituciones públicas o en las paredes de algunos edificios gubernamentales, siendo el caso más vistoso el Ministerio de Economía Familiar Comunitaria, Cooperativa y Asociativa (Mefcca), ubicado al suroeste de la Plaza de las Victorias.
Una estética más tosca
Para la teóloga y escritora María López Vigil, los “árboles” representan la segunda etapa de un gobierno “sandinista” donde se reemplazó la histórica bandera rojinegra por una estética más tosca y llamativa, que ahora tiene un mayor peso que los símbolos patrios.
“Hay un refrán que dice para gusto se han hecho colores y para colores flores, entonces digo yo a mí no me gustan porque tienen una estética muy tosca, muy grande, repetida, poco estilizada y novedosa. Podría decir que me molestaban menos cuando eran de un mismo color, yo no le hallo el significado, creo que está sustituyendo a símbolos que fueron revolucionarios como la bandera rojinegra”, dijo López.
Para López Vigil es notorio que algunos de estos “árboles” ya no alumbran en su totalidad, “yo digo algún día serán chatarra”, remató.
Alto costo de energía
A juicio del jurista Oscar Carrión, alrededor de este tema surge la gran pregunta “¿quienes pagan el enorme consumo de energía eléctrica de los árboles de lata?”
Así como se desconoce cuánto se paga en energía, también se desconoce quiénes la pagan y afirmó que existe la gran posibilidad que los usuarios estén pagando ese costo.
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“A estas alturas si no me equivoco ya llevamos más de doscientas hojalatas de la oscuridad esotéricas con valor de no menos de 25 mil dólares cada una, ni siquiera sabemos si tienen medición o medidores del consumo de energía o su consumo es lanzado a las pérdidas ‘técnicas o no técnicas’ que luego los nicaragüenses debemos pagar en las tarifas”, cuestionó Carrión.
Visto como “un símbolo del mal”
Carrión dijo que “además de ser una inversión multimillonaria a costillas de los impuestos de los nicaragüenses, esta gran cantidad de hojalatas esotéricas representan símbolos del mal como especies de amuletos de la pareja gobernante”.
Agregó que ahora han subido de rango a tal punto que han pasado de los armastrostes de metal regados por la capital y algunos departamentos “hasta convertirse en una especie de símbolo distintivo del régimen Orteguista ya que le podemos ver en papelería oficial, mantas, stickers, camisetas de trabajadores del Estado y en otra serie de artículos, lugares e instituciones públicas que ofenden”.
Urbanismo de Managua lleno de estructuras
Managua fue la ciudad donde se vieron por primera vez los árboles de lata y donde más estructuras se alzaron porque además de las rotondas, el Gobierno central instruyó a la Empresa Nacional de Transmisión Eléctrica (Enatrel) que se colocaran en la Avenida Bolívar, Carretera a Masaya y Norte.
A esto se le sumaron posteriormente la Pista Xolotlán y Paseo del Estudiante.
Criticado por muchos y defendido por otros, que todos los días se enciendan los árboles metálicos genera costos que van más allá del consumo de energía porque por cada uno hay un vigilante privado.
A esto se le suma que periódicamente obreros de Enatrel le brindan mantenimiento para que funcionen a la perfección. Eso se concentra en el cambio de bujías.
Lola: no simboliza nada
La Alcaldía de Managua no escapa a los “árboles de la vida”. El concejal del Partido Liberal Independiente (PLI), Omar Lola, aseguró que en cada documento oficial que extiende la comuna aparece la figura de latas, en vez de ser el logo de la municipalidad.
“Esto es un capricho de la señora Rosario Murillo (vicepresidenta designada por el Consejo Supremo Electoral). Esto no simboliza nada para los managuas, diferente es que pongás el lago Xolotlán, una foto de la laguna de Tiscapa”, reaccionó Lola.
Variedad en colores
Los primeros árboles de lata que se vieron en Managua fueron de color amarillo y fue para la celebración del 19 de julio de 2013.
Estos se ubicaron a los lados de la desaparecida Concha Acústica. Exactamente dos años después se mandaron a instalar más estructuras pero de diversos colores. Estos se ubicaron en el Paseo de los Estudiantes, en el Malecón capitalino.
La Empresa Nacional de Transmisión Eléctrica (Enatrel) es la encargada de armarlos, instalarlos y darle el mantenimiento periódico. Es un misterio cuánto cuestan las obras de mantenimiento y menos de dónde sale el presupuesto.