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El Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS) estaría recortando los medicamentos que entrega a los jubilados, como método para paliar su crisis financiera. LA PRENSA/ ARCHIVO

El Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS) estaría recortando los medicamentos que entrega a los jubilados, como método para paliar su crisis financiera. LA PRENSA/ ARCHIVO

¿Pueden las microempresas de Nicaragua salvar de la quiebra al INSS?

Una de las medicinas para aliviar la crisis financiera del Instituto Nicaragüense de la Seguridad Social (INSS) estaría en las microempresas industriales, de servicio y comercio. Se debe impulsar el crecimiento de estos comercios para que se incorporen y aporten al Seguro Social.

Una de las medicinas para aliviar la crisis financiera del Instituto Nicaragüense de la Seguridad Social (INSS) estaría en las microempresas industriales, de servicio y comercio. Resulta que, pese a que gran parte de la matriz empresarial de Nicaragua está conformada por estas empresas, una minoría aporta al Seguro Social, según reflejan datos del Banco Central de Nicaragua y de dicha institución. Sin embargo, el reto del INSS es convencer a estas empresas para que formen parte de su base de contribuyentes, y del Estado crearles condiciones para que lo hagan.

Excluyendo las que están en la actividad agropecuaria, según el informe Nicaragua en Cifras del Banco Central, en el país hay 121,919 empresas vinculadas a la industria, comercio y servicios, de las cuales 106,619 son microempresas.

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Hasta el año pasado el Seguro Social tenía en su base de contribuyentes a 31,143 empleadores privados, de los cuales 27,437 son micro y pequeños, lo que refleja el chance que tiene el Instituto para atraer a más empresas.

¿Tienen condiciones las microempresas para sumarse a la base de afiliados del Seguro Social? ¿Crearles un tratamiento especial dentro del INSS puede ser una solución?

Basado en la Encuesta de Empresas Sostenibles, Juan Sebastián Chamorro, director ejecutivo de la Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico y Social (Funides), las caracteriza así: “Las microempresas pertenecen casi en su totalidad a nicaragüenses, no están vinculadas al mercado exterior (es decir que la gran mayoría no exporta ni importa), no llevan contabilidad formal, la totalidad de sus transacciones es en córdobas y cerca del ochenta por ciento se financia con recursos propios”.

Capital extranjero

Del total de las microempresas en el país, solo el 0.2 por ciento exporta e importa y el 0.4 por ciento tiene participación de capital extranjero en sus operaciones.

Además solo el diez por ciento está inscrita a la Dirección General de Ingresos (DGI) y peor aún solo el 2.3 por ciento está aportando al Instituto Nicaragüense de Seguridad Social, añade por su lado Lylliam Huelva, economista de Funides.

“La institución pública con la cual tienen mayor vinculación es la Alcaldía (38.9 por ciento)”, precisa.
Estas empresas suelen emplear a entre una y cinco personas y el 41.1 por ciento tiene más de 15 años de existencia y se concentra principalmente en el comercio y la agricultura.

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En distintos análisis, el economista Adolfo Acevedo ha señalado que estas microunidades en muchos casos generan empleos de baja productividad, son familiares sin pago, tienen ayudantes asalariados y peor aún, tienen nula o baja calificación tanto en su mano de obra como en sus actividades productivas.

El problema es que estas empresas generan el setenta por ciento del empleo en Nicaragua y es precisamente esa realidad con la que se tropezará nuevamente el Gobierno en su próximo intento por salvar al Seguro Social, que se enrumba a cinco años de déficit.

Hay solución

Aunque la mayoría de las microempresas en Nicaragua aparentemente no tienen condiciones para aportar al Seguro Social, Freddy Cruz, vicepresidente del Consejo Nicaragüense de la Micro, Pequeña y Mediana (Conimipyme), considera que se pueden impulsar políticas que permitan desarrollar a estas empresas para que puedan crecer en tamaño y por ende sumarse a las filas del Seguro Social.

“Los microempresarios tenemos que seguir avanzando en la formalización, en la medida que vayamos avanzando en esa formalización se va ir avanzando en el proceso de inscripción de los trabajadores al Seguro Social”, admite Cruz, al tiempo que señala que esto es un desafío enorme para el país.

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Además de agilizar y abaratar los costos de formalización, Cruz considera que se debe garantizar que las microempresas puedan acceder al crédito mediante distintos mecanismos que ahora existen, por ejemplo las garantías mobiliarias. Al tener acceso al crédito podrán inyectarse tecnología, pero además esto les permitirá acceder a las compras públicas.

El 82.4 por ciento de las microempresas en Nicaragua se autofinancia y apenas el 4.7 por ciento tiene acceso a la banca local, otro 3.4 por ciento recurre a las instituciones de microcrédito y solo el 0.4 por ciento accede a la banca estatal, según la Encuesta de Empresas Sostenibles.

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“En la medida que estas empresas acceden a las compras públicas, sean del Gobierno Central o las municipalidades, eso obliga a registrarse en la Proveeduría del Estado y a formalizarse”, explica Cruz.

Esto último sería un incentivo para atraer a las microempresas a la formalización, pero además les ayudaría a crecer en tamaño y por ende a incorporarse a las bases del INSS.

Al respecto, Chamorro señala que para impulsar a estas microempresas a la formalización se deben reducir los costos de contratación de personal, así como impulsar que la economía crezca más “y por ende los ingresos de las empresas micro, incentivándolas para que adopten tecnologías más modernas en todos los aspectos de su negocio”.

¿Tratamiento especial dentro del INSS?

Una de las medidas que puede aplicarse en el mediano plazo, para atraer a las microempresas a la base del Seguro Social es crear un sistema de tratamiento especial. De tal manera que la carga sea más liviana temporalmente, respecto a la que hoy por hoy llevan las empresas grandes y medianas, y que en los últimos años han visto incrementar su aporte porcentual de 16 a 19 por ciento.

Chamorro no se muestra muy convencido con esa alternativa. Señala que esto “incentivaría que las empresas micro sigan siendo micro para tomar ventaja de los beneficios fiscales. Lo anterior conllevaría a una distribución ineficiente de los recursos debido a que lo que determinaría el éxito de una empresa no sería qué tan rentable es sino qué tanto aprovecha los beneficios fiscales. Traería a subdeclaraciones o ficciones”.

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Pero Huelva señala que “en Honduras se han establecido esquemas progresivos de cuota de INSS patronal para las microempresas, así inician pagando digamos diez por ciento y cada año aumenta un porcentaje hasta igualarse con la tasa patronal vigente a nivel nacional”.

El vicepresidente de Conimipyme cree que un sistema gradual puede ser una alternativa, pero se deben establecer plazos de caducidad, para precisamente evitar abusos tal como lo menciona Chamorro.

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“Puede ser conveniente examinar ese punto, que haya una tasa diferenciada para las micro y pequeñas empresas por lo menos por un tiempo a los efectos de facilitar la acreditación de sus trabajadores en el INSS”, afirma Cruz.

Empresas grandes saturadas

El Instituto Nicaragüense de Seguridad Social tendría saturada la posibilidad de conseguir nuevos contribuyentes entre las empresas grandes y medianas, al menos eso es lo que reflejan las cifras oficiales.

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Según cifras del INSS, del total de empresas adscritas a esta institución 780 son grandes, es decir tienen más de cien empleados. Según cifras del Banco Central de Nicaragua en el país habrían 808 empresas de ese tamaño.

El Seguro Social tendría chance entre las medianas pues, según el BCN hay en el país 14,492 empresas de este tamaño, pero en el INSS solo hay 2,926 adscritas, que emplean entre 21 y cien trabajadores.

Beneficiaría a las empresas

Lograr que las microempresas se incorporen a la base de afiliados del Seguro Social no solo significaría para esas empresas un alivio sino también que los trabajadores tendrían asegurado el acceso a salud y cotizarían para una pensión en la vejez. Juan Sebastián Chamorro, director ejecutivo de Funides, dijo que “muchas veces las empresas, por muy pequeñas que sean, tienen que ayudar a sus colaboradores con préstamos, etc. cuando tienen alguna necesidad de atención médica. Por ello deberían de ver al INSS como una forma de protegerse ellos mismos ante eventualidades de salud”.

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