14
días
han pasado desde el robo de nuestras instalaciones. No nos rendimos, seguimos comprometidos con informarte.
SUSCRIBITE PARA QUE PODAMOS SEGUIR INFORMANDO.
Chile

Una sana sociedad

Hoy nuestra sociedad necesita respeto, claridad; somos sus gestores y obligados a que su buena salud sea una realidad. No seamos mezquinos, no existen amos

Por muchos años el hombre siempre pensó que el origen de las sociedades, el mayor peso que las justificara, recaía sobre los políticos y los respaldos de los pensadores, hombres filósofos.

Las dictaduras anteriores a las actuales del siglo XXI, se fundamentaban en esta dinámica de ejercicio mental pues la supremacía de ideas las enaltecía, lógico, la mayoría del pueblo a duras penas alcanzaba a ser un alfabetizado. De ahí nacerían todas las tradicionales dictaduras de izquierda en contraparte de las de derecha, basadas en la inercia histórica, el orden práctico y la sumisión por ablandamiento de los derechos humanos, cuando correspondía. Posteriormente las de izquierda, en ese sentido, no las envidiarían.

Hoy estamos mayormente alfabetizados, gracias a una masificación de la información por la globalización impuesta por internet, pero no somos cultos; aunque muchos confundan que los tecnócratas, sí lo sean, dando paso a ridiculeces como que la supremacía económica es representativa de la buena salud social.

Los empresarios en general, no representan ni enarbolan ninguna bandera cívica, moral, cultural ni social. Para el pueblo humilde y sumiso, son la representación de nada.

Una madurez política es una madurez social y cultural y no una madurez económica, pues como ven, en nuestro caso, los campesinos representan mayormente lo primero, aún incipiente haya sido su educación y aún sus tierras las podamos valorizar económicamente.

Hoy se vive un orden social y económico práctico, caliente, el que se duerma se lo lleva la corriente. La filosofía en un sentido práctico para muchos de nuestros gobernantes, es solo un vestigio del pasado a la que aún hacen tibio honor como verdad y que soberbiamente lo permiten, dentro la amable naturaleza que los permite, pues temen y respetuosamente reconocen que la verdad trasciende los tiempos que, aún los irradia y observa su inercia y, por demás, en algún momento, pueden estar cometiendo errores y necesitarán alguna vez, impajaritablemente, asirse de una de ellas, aunque mueran con las botas puestas.

Al respecto de gobernantes y su impacto social, Winston Churchill sobre la gestión del virrey inglés en la India, Sir. George Curzon, opinó:

“Ciertamente no fue información ni aplicación, ni poder de palabra ni atractivo de formas o apariencia. Todo estuvo en su equipaje. Podría desempacar su mochila y hacer un inventario artículo por artículo. Nada en la lista estaba perdido; sin embargo, de alguna u otra forma el total estaba incompleto”.

No era pues el virrey un natural ejecutivo ni gentil de presencia y todo estaba en su trabajo detallado, obteniendo triunfos relativos, hilvanando estrategias segundo a segundo, milímetro a milímetro realizando un completo inventario de mentes, quizás intuyendo y reconociendo, falta de habilidades que añoraba y no le eran innatas; de alguna manera, en el día a día, su gestión, era incompleta.

A pesar de los logros, siempre se debe reconocer que no lo eres todo. Siempre escarbarás una verdad que suelta andará y qué mejor reconocer, aceptándolo con humildad.

Hoy nuestra sociedad necesita respeto, claridad; somos sus gestores y obligados a que su buena salud sea una realidad. No seamos mezquinos, no existen amos.

Al respecto, hay una crítica sobre Chile de principios del siglo XX, del poeta chileno Vicente Huidobro, Balance Patriótico, lo recomiendo http://www.historia.uchile.cl/CDA/fh; entre sus frases la verdad, el alma y espíritu de un país y su juventud, son un preciado valor:

“Es preciso que se diga toda la verdad, que no vivamos sobre mentiras ni falsas ilusiones. Decir la verdad significa amar a su pueblo y yo adoro a Chile, amo a mi patria desesperadamente”.

“Las instituciones, las leyes, acaso no sean malas, pero nunca hemos tenido un alma. El pueblo lo siente y se descorazona, se desalienta, ya no tiene energías ni para irritarse”.

“Nuestra justicia hace la atmósfera irrespirable… El más grande agitador del pueblo es la injusticia”.

“¡Pobre país! esos señores que entregarían el país maniatados por sonrisas de Curzon y billetes de Guggenheim”.

“Toda nuestra insignificancia en una sola palabra: Falta de alma”.

“El espíritu cuenta sobre todas las cosas; solo él eleva el nivel de una nación”.

“Todo lo grande que se ha hecho en América, lo han hecho los jóvenes. Bolívar, 29 años…”

El autor es ingeniero civil.

Columna del día campesinos dictadura madurez polític archivo

Puede interesarte

×

El contenido de LA PRENSA es el resultado de mucho esfuerzo. Te invitamos a compartirlo y así contribuís a mantener vivo el periodismo independiente en Nicaragua.

Comparte nuestro enlace:

Si aún no sos suscriptor, te invitamos a suscribirte aquí