Los resultados del trabajo del poder legislativo, que produjo 13 leyes en los primeros siete meses del año, causaron críticas entre exlegisladores que sostienen que en este poder del Estado deberían discutirse los grandes problemas que afectan al país.
Según el expresidente del poder legislativo, Cairo Manuel López, ha sido usual que se valore el trabajo de la Asamblea desde el punto de vista cuantitativo, es decir, el número de leyes y decretos publicados.
Sin embargo, López agrega que deberían ser la calidad de las leyes y los temas abordados los que tendrían que servir como parámetros para hacer esta evaluación.
“Se habla de números de leyes aprobadas, ratificación de tratados, pero no es la esencia del poder legislativo, que es la de servir de foro donde se discuten los grandes problemas que vive Nicaragua. Debería estarse discutiendo sobre la economía, sobre la situación social, las valoraciones que implica el próximo proceso electoral dado que hay cierto escepticismo en la población. No se escucha a los diputados levantarse y reclamar”, explicó López.
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Para el exlegislador —uno de los protagonistas de las reformas constitucionales de 1995—, esta Asamblea se ha reducido a una máquina para aprobar leyes. “Existe una deuda de la Asamblea Nacional con la población”, aseguró.
Los datos de Porras
El número de leyes aprobadas se encuentra publicado en la página electrónica del Parlamento, pero además fue confirmado a LA PRENSA por el organismo Hagamos Democracia, que realiza un monitoreo constante del trabajo en este poder del Estado.
Sin embargo, el número no se corresponde con el citado por el presidente actual de este poder del Estado, el diputado sandinista Gustavo Porras, quien aseguró que en siete meses aprobaron 135 leyes, además de 667 millones de dólares en préstamos.
“La oposición oficial”
López describió a la actual oposición en el hemiciclo con el adjetivo de oficial. “Desde luego ha contribuido (a esa opinión) el comportamiento de los diputados de esa oposición oficial, como lo llaman algunas personas, cuyo trabajo pareciera reducirse a contribuir a darle algún viso de legalidad y legitimidad a la actuación de la Asamblea, no sin cierta razón la población ha desconfiado de la actuación de estos diputados”, agregó.
Para el escritor Onofre Guevara López, la calidad de las leyes en esta Asamblea depende de los intereses económicos y políticos de sectores dominantes, de los que están llamados a defender esos intereses, los propios de los legisladores y de quienes le dieron la oportunidad de acceder al cargo. “Los colaboracionistas desempeñan el papel que les condicionan quienes les nombran, porque el origen fraudulento de los gobernantes los escogen como diputados. Eso indica que el sistema político actual lo sostienen los componentes de las corrientes en descomposición”, añadió Guevara.
13 es la cantidad de leyes aprobadas por los diputados en los primeros siete meses de 2017, según el recuento de Hagamos Democracia y los propios datos publicados por la Asamblea en su web.
Asamblea actual
70 diputados sandinistas, 14 del PLC y ocho de los llamados micropartidos forman la Asamblea. “Los diputados zancudos de la época somocista y los diputados de esta época tienen en común su oportunismo político, pero con ciertas diferencias importantes, entre ellas, que entre aquellos diputados zancudos había quienes habían sido combativos frente a la dictadura (Somoza) y cayeron en el oportunismo; entre los diputados zancudos de ahora… casi todos nacieron oportunistas”, dijo Onofre Guevara.
