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Nasere Habed López

Posesión demoniaca

Llama la atención, que a estas alturas del desarrollo histórico de la civilización, el fanatismo religioso llegue al extremo de lanzar a la hoguera a una mujer, con el argumento de que estaba poseída por el demonio, ocurrido en El Cortezal, municipio de Rosita, hecho insólito que refleja creencias irracionales ya superadas de la Edad Media, propias del fanatismo religioso que llevó a la hoguera a cientos de personas bajo cargo de herejes, brujos y poseídos del demonio.

En el caso de El Cortezal, mediante la acción de las llamas, se trataba de hacer inhóspito y desagradable el cuerpo de la persona poseída, para que el demonio se fuera.

Los medios de información dan cuenta también de diversos casos de “posesión demoníaca” (grisi siknis) en adolescentes de la Región Autónoma de la Costa Caribe Norte, caracterizados por desvanecimientos, seguido de crisis convulsiva.

A la luz del desarrollo histórica de la Psiconeurología, podemos afirmar, sin lugar a dudas, que estos casos nada tienen que ver con el maligno.

Ya desde mediados del siglo XIX, Jeam Charcot (1825-1893), médico francés, famoso por sus investigaciones en el campo de la neurología (“Lecciones sobre las enfermedades del sistema nervioso”), consideró los estados de posesión demoniaca como una manifestación de la histeria, trastorno psiconeurótico que puede expresarse en forma dramática con desplomes y convulsiones parecidas a un ataque epiléptico.

La raíz de la palabra histeria, proviene del griego “hysteron”, que significa “matriz”, ya que en la antigüedad se asociaba este mal con el útero de la mujer, creyendo que solo se daba en el género femenino y estaba asociado, en alguna forma, con la sexualidad.

Galeno (131-200), el más famoso médico de la antigüedad después de Hipócrates, escribió que la histeria era una enfermedad causada por la privación sexual, particularmente en mujeres pasionales.

Actualmente se considera que este trastorno no se relaciona con el útero, ni es exclusivo del sexo femenino, aún cuando se observa con más frecuencia en las mujeres jóvenes, como es el caso de los “poseídos por el demonio” del Caribe Norte.

Para Freud, “los demonios son los deseos condenados ofensivos; los productos de impulsos biológicos rechazados y reprimidos” (“Una neurosis demoniaca del siglo XVII”).

Las convulsiones que se observan en la histeria, o neurosis de conversión, como también se llama, tienen un origen psicológico. Constituyen la expresión de un conflicto emocional interno, que se presenta entre un deseo o impulso biológico y las normas morales del medio social, que el paciente ha interiorizado en su personalidad y que conforma lo que llamamos “conciencia moral” o “súper yo”, como lo designan los psicoanalistas.

Las convulsiones, los gestos y la intensidad de las emociones que se observan en los casos de “posesión demoniaca del Caribe Norte, podrían ser la expresión física de un conflicto entre el instinto sexual, que emerge y desarrolla en la adolescencia, con los principios y normas morales inculcados por las comunidades del Caribe Norte.

Los espasmos, la intensidad de las emociones, los gestos y características de las contracciones, pueden constituir una descarga de tensiones de naturaleza sexual. En este caso, la expresión “ser poseído por el demonio” tendría aquí un significado erótico evidente.

Superar la visión demoníaca ancestral de las enfermedades mentales y las supersticiones y creencias falsas en general que existen en nuestra cultura, no es tarea fácil. Más que la aplicación de medidas coercitivas requieren, sobre todo, desarrollar un esfuerzo educativo integral, científico e intelectual, dirigido a los estudiantes y a la comunidad en general, que a la par del conocimiento objetivo de la realidad, promueva el desarrollo del pensamiento lógico y del juicio crítico, bases fundamentales del progreso social y del desarrollo humano.

El autor es Psicólogo. Catedrático Universitario. Doctor Honoris Causa UNAM-Managua

Opinión El Cortezal Posesión demoniaca Vilma Trujillo archivo
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