Ganador de cuatro coronas del mundo y aspirante a la quinta, con una trayectoria que reúne los méritos para ser exaltado al Salón de la Fama de Canastota cuando decida retirarse, Román “Chocolatito” González siente especial respeto por su “maestro” Alexis Argüello, el hombre que vio en él a un diamante y se decidió a trabajarlo.
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Llegado de Japón hace una semana, donde estuvo esgrimiendo detalles de su carrera junto a su promotor internacional Akihiko Honda, “Chocolatito” mostró el convencimiento de que su boxeo no es el de antes. El sustento inyectado por Argüello, ese de combinaciones sin fin, que emplea los ganchos como arma letal, envuelta en exquisitez técnica, cree el tetracampeón, ya no conserva la pureza de los tiempos de su mentor.
“Es mi opinión”
“Vos sabés que cuando hay un maestro que verdaderamente está encima de vos, las cosas cambian. Verdaderamente he aprendido muchas cosas de Alexis y hoy en día los entrenadores que tengo son lo máximo, pero pienso y creo que nos hemos olvidado de la vieja escuela de Alexis Argüello y esa es una opinión mía”, dijo Román este martes, con la sencillez de sus palabras. Y luego sonrió.
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En las afueras del aeropuerto internacional Augusto C. Sandino, el 22 de junio, “Chocolatito” manifestó: “Cometí mis fallas como cualquier boxeador (frente a Rungvisai). Eso me ha dado motivación para hacer un pleito mejor en la revancha… casi no usé los uppercut (golpes ascendentes), voy a realizar combinaciones más largas, volver a la escuela de Alexis Argüello, tirar más ganchos”.
Para eso le ha servido a Román la derrota con Rungvisai: para retirar de sí los pétalos que lo adornaban y saberse desnudo, más consciente que nunca de que, aunque poco, se ha distanciado de las lecciones de Argüello.
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“Se puede hacer más”
“Gracias a Dios aprendimos de Alexis a trabajar duro, a saber que primero es el sacrificio y después viene la gloria, con las victorias arriba del ring”, recuerda Wilmer Hernández, actual entrenador de “Chocolatito”.
Hernández piensa que como equipo han seguido regando la semilla heredada por Argüello, la variante está en que no se hace tanto como al principio.
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“Para la última preparación se hizo el trabajo, pero se pudo hacer más. Para la revancha estamos retomando conocimientos, consejos, cambiando un poquito. Ya lo decía Alexis, que si uno quiere comer pescado hay que mojarse el trasero. A eso es lo que estamos regresando”, remata.
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