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Managua atiborrada

Propongo crear un panel de expertos que sugieran soluciones a cientos de problemas viales, que contribuyan a mejorar la movilidad y la seguridad de todos los nicaragüenses

Entre 2012 y 2016 el parque vehicular de Nicaragua aumentó un 56 por ciento, pasando de 511 mil a 800 mil vehículos. Esta situación ha creado una saturación vial que se refleja mayormente en Managua, al crearse congestionamientos vehiculares en las horas pico, que afectan la vida diaria de los capitalinos. Es imperativo tomar acciones tanto a nivel educativo como institucional para permitir paliar este creciente problema.

A nivel educacional, percibo deficiencias en la cultura de manejo y a nivel institucional, en el señalamiento vial, en la semaforización y en el marco legal, factores todos que reducen considerablemente el nivel de servicio de las vías capitalinas.

Existe gran cantidad de problemas viales, todos identificables, sin embargo, en este corto artículo se trata de aportar algunas ideas que contribuyan a dar soluciones.

Dos aspectos culturales importantes destacan. La necesidad de impedir que sean bloqueadas las intersecciones vehiculares, con o sin semáforo. Eso implicaría que en todo momento los conductores deben dejar paso libre en las intersecciones para permitir al cruce perpendicular de vehículos, aunque el semáforo esté en verde. Su violación debería de ser castigada fuertemente, ya que posiblemente este problema sea el que más obstrucción causa en la capital. Otro aspecto importante es tener la cortesía de ceder lugar a los vehículos que solicitan cambio de carril con pide vía, a como se estila en los países desarrollados. Aquí te echan el carro.

Relativo al señalamiento vial, un cambio de señalización en algunas rotondas aliviaría el congestionamiento vial. No tiene sentido que rotondas con características distintas, operen todas bajo una misma reglamentación; entonces debería privar que cada carril cumpla una función conforme la demanda de circulación vehicular.

Por ejemplo, en la rotonda Jean Paul Genie, Carretera a Masaya, convergen cuatro carriles en el sentido Masaya-Managua. A pesar de ello, existe un único carril para girar hacia la izquierda, por lo que la demanda supera la capacidad del carril, creándose una interminable fila de vehículos; por lo que convendría destinar otro carril con doble función, para girar hacia la izquierda o para seguir recto. El mismo fenómeno pasa en la entrada a la rotonda de la Centroamérica, yendo de Masaya a Managua, donde se forma una larga fila en el carril izquierdo para doblar a la izquierda, cuando perfectamente sería posible utilizar dos carriles, en lugar de uno, sobre todo que el carril del centro se mantiene casi vacío.

Por otra parte, en algunos semáforos deben ajustarse los tiempos conforme la demanda promedio de los vehículos. En la intersección de la Avenida Universitaria y la Pista Miguel Obando y Bravo, se concede demasiado tiempo de giro para los escasos vehículos que giran a la izquierda desde el sentido que apunta al lago, mientras los que apuntan hacia la UNAN, esperan el cambio de luz mientras nadie cruza el semáforo.

Respecto al marco jurídico, existen muchos faltantes en la ley. Por ejemplo, actualmente operan semáforos disfuncionales que tienen una demanda vehicular variable en el tiempo, como el de la Vicky, donde permanentemente existe una fila en la circulación que cruza el puente, mientras a veces hay escasa circulación en otros sentidos. Ahí podría crearse una intersección de cuatro altos —inexistente en Nicaragua— donde el derecho de paso lo tiene quien llega primero. Y cuando la intersección está llena, uno a uno los vehículos se van turnando el paso en contra las manecillas del reloj. Este sistema también funciona óptimamente cuando cesa la energía en las intersecciones con semáforo.

Otro aspecto sería eliminar las multas por “mala maniobra” al girar. Actualmente se obliga a los vehículos que giran a la izquierda o derecha, a caer correspondientemente en el carril de la izquierda o derecha, so pena de multa. En otros países como Estados Unidos o Costa Rica los conductores pueden caer en el carril de su conveniencia, lo que evita congestionamientos innecesarios, sobre todo ante la presencia de paradas de buses.  Es un contrasentido que en Nicaragua sea “mala maniobra”, lo que en otros países es una buena y necesaria maniobra.

Propongo crear un panel de expertos que sugieran soluciones a cientos de problemas viales, que contribuyan a mejorar la movilidad y la seguridad de todos los nicaragüenses.

El autor es Ingeniero Civil.

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