En una noche de boxeo del bueno, el ex campeón del mundo Byron “El Gallito” Rojas atravesó terrenos espinosos para lograr, después de ocho asaltos, una decisión unánime sobre el panameño Carlos “La Arañita” Ortega, pero a pesar de la victoria, tiene que sacar ciertas lecciones sobre su actuación.
Arrancando con un empuje asombroso, “El Gallito” impuso su ley al menos en los primeros cuatro asaltos de la pelea, claramente, lapso en el que logró hacerle un corte en la ceja izquierda a Ortega, pero hubo un punto de quiebre más adelante, el panameño presionó y Rojas se quedó anclado, intentando encontrarse con él mismo.
Dos versiones diferentes de un mismo boxeador: un Rojas explosivo y otro con la pólvora humedecida, reventando sin violencia. “Creo que se debe a la falta de sparrings en mis preparaciones”, se justificó el excampeón mundial de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB), tratando de encontrar la mejor explicación para lo ocurrido.
Para un boxeador que no pega como piedra, como es el caso de Rojas, mantener un tren de pelea sostenido es lo que le dio resultados para ganar la corona, pero cuando su actuación cae abruptamente entre un round y otro, podría volverse en una arma dañina partiendo de que sus intenciones son las de volver a pelear una corona mundial.
“Fue un digno rival, lo esperaba más fuerte, pero pienso que poco a poco lo dejé ganar terreno”, dijo Rojas.
“No me pareció el fallo, me quitaron un punto porque salí a pelear un round sin protector bucal, y Byron me dio golpes abajo y eso no lo vio el referí”, se quejó “La Arañita”, que en las tarjetas de los jueces perdió por un punto, por tres y por cinco.
Melvin sigue madurando
Melvin López sigue escarbándose a sí mismo en la búsqueda de su pureza. Por momentos se vio magistral la noche de este viernes y por ratos, lidiando con esa espina de siempre, la de bajar el ritmo y administrar sus recursos.
Frente al costarricense Greivin López, “Melo” le sacó su máximo provecho a su mano zurda, tanto así que con esta envió a la lona al tico en el segundo asalto, y parecía que estaba cerca el final, pero llenándose de un segundo aire, Greivin soportó otras embestidas y sacó sus manos.
En los rounds tres y cuatro, “Melo” le bajó los decibeles a su recital y su rival se fue asentando, pero en el quinto se terminó todo, cuando el prospecto nicaragüense conectó un golpe recto al estómago y luego remató a la cara, para defender con éxito el título latino de las 115 libras del CMB.