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Los jugadores alemanes celebran el triunfo. LAPRENSA/ EFE

Alemania se proclama campeón de la Copa Confederaciones 2017

El campeón de Sudamérica, un equipo con mucho más colmillo y cohesión, buscaba su tercer título consecutivo luego de ganar la Copa América en 2015 y 2016.

Un error defensivo fue el punto de inflexión chileno. No importa que sea la Alemania “B”, el ADN es el mismo: triunfar. Marcelo Díaz pecó en la zona defensiva y su penitencia fue ver como los teutones levantaban la Copa Confederaciones en San Petersburgo, Rusia. A pesar que la “Roja” planteó un mejor partido y estaba devorando con la presión a los europeos, el final 1-0, consagra a un país que solamente le faltaba este título.

En el deporte no se necesita ser el mejor para ganar, sino los ingredientes suficientes para que la suerte golpee al enemigo y te favorezca. Los chilenos fueron en el campo mejor que los alemanes. Tuvieron ocho remates a puertas sobre tres, nueve córners a su favor a cuatro de los teutones y realizaron en total 20 disparos, sin la fortuna para que uno de ellos rompiera las redes.

Esta Alemania que no era ni la de Manuel Neuer, Mesut Ozil, Toni Kroos, Sami Khedira o Thomas Müller, estaba comandada por Julian Draxler e impulsada por Joshua Kimmich, André Ter Stegen y Timo Werner. Supieron como manejarse sin tener el control del esférico, soportar atrás las llegadas constantemente de los sudamericanos y clavar el gol en la primera oportunidad de flaqueza del rival. La incapacidad chilena de concretar las jugadas y el olfato alemán de no fallar en el arco marcó la diferencia en la final de la Copa.

Primer tiempo frenético

Durante el juego, y más en el primer tiempo, Chile marcó la pauta. A penas corría el primer minuto de juego y Alexis Sánchez disparaba al área contraria. Tres minutos después Arturo Vidal tuvo el primero para la “Roja”, sin embargo no pudo conectar bien el balón y Ter Stegen apareció.

Chile estaba presionando, recuperando y llegando fácilmente pero sin suerte en anotar. Y cuando mejor estaba, surgió el error defensivo de Díaz. Falta de concentración y descuido de la zona periférica y Werner le arrebató el balón. Luego Lars Stindl clavó el primero (20’).

Chile siguió dominando, pero perdiendo poco a poco intensidad. En el segundo tiempo aunque tuvieron oportunidades entre confusas y claras para el empate, el dominio fue menor. Gonzalo Jara fue perdonado por el árbitro y no salió expulsado.

Alemania acorralada defendía a capa y espada el resultado. Cuando sonó el pitido final, una selección enviada como respiro de sus futbolistas estrellas, estaba tirada sobre el césped y llorando de alegría por la Copa, mientras la mejor generación de futbolistas no podían creer lo cerca que estuvieron. Conclusión: siempre ganan los alemanes.

Deportes Alemania Chile Copa Confederaciones 2017 archivo

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