En el informe del Fondo Monetario Internacional sobre la llamada Revisión del Artículo IV sobre Nicaragua, hecho público por ese organismo la semana pasada, en el que se refiere al maltrecho Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS), hay un llamado a las inversiones que se realizan con el dinero de los cotizantes y que para el análisis de los funcionarios del Fondo no se está haciendo de la mejor manera para lograr rendimientos estables.
Según reportó LA PRENSA el sábado, el informe revela que “ha habido una inversión significativa en el desarrollo de bienes raíces, que no parece estar conectada con la naturaleza de las operaciones del INSS ni con las del fondo de reserva”. El artículo continúa explicando que “según el Fondo, al menos 141.3 millones de dólares han salido de las arcas del Instituto Nicaragüense de Seguridad Social en préstamos para financiar principalmente la construcción de edificios y viviendas a tasas de interés subsidiadas. Otros 149.5 millones de dólares han sido invertidos en participación accionaria en clínicas y hospitales para prestar atención a afiliados en busca de reducir costos”.
El informe continúa: “Es habitual que las reservas de los sistemas públicos de pensiones se inviertan en activos de bajo riesgo, que produzcan un rendimiento estable, como los bonos del Estado. Sin embargo, las recientes decisiones de inversión se han alejado de las inversiones tradicionales”.
Este informe viene a respaldar las investigaciones que LA PRENSA ha realizado sobre ambos temas desde enero del año pasado y sobre las cuales ni el presidente del INSS, capitán en retiro Roberto López Gómez, ni el gobierno central se han preocupado por explicar, a pesar de que al INSS le han solicitado entrevistas sobre el tema en reiteradas ocasiones.
El FMI también hace notar esta falta de interés en rendir cuentas de parte de los funcionarios cuando expresa: “Esto es especialmente problemático cuando se combina con la falta de información a sus contribuyentes sobre cómo se invierte el fondo de reserva”.
En enero de 2016, LA PRENSA inició una serie de investigaciones sobre el tema, cuando reveló que el Seguro Social había realizado un préstamo hasta por 1.2 millones de dólares a la empresa Teleconstrucciones Guillén, cuyos verdaderos dueños al día de hoy no aparecen para la construcción de un edificio en la zona de Planes de Altamira en Managua. Llamaba la atención también que la empresa constructora del edificio fue Dinsa, propiedad del ingeniero Alfonso Silva, quien era representante del Consejo Superior de la Empresa Privada (Cosep) en la Junta Directiva del INSS, con voz y voto. Para terminar de complicar el caso, la dirección Teleconstrucciones Guillén, que se reportaba en el préstamo, era la misma donde operaba la empresa de Silva al momento de revelarse la investigación.
Una vez revelado ese caso, Silva dejó la directiva del INSS y Cosep prometió una investigación en lo que se refería a su representante y la elaboración de un reglamento ético para sus representantes en las instituciones del Estado, que suman más de 45. Hasta el momento no se conocen resultados de ninguna de las dos iniciativas.
Pero las investigaciones de LA PRENSA han continuado revelando que otras empresas se han beneficiado con préstamos para al menos otros cuatro proyectos de residenciales o edificios de apartamentos de lujo, proyectos para los que el INSS no está facultado a otorgar préstamos.
En nuestra edición de hoy revelamos un nuevo caso, el préstamo de otro millón de dólares para ocho townhouses en el condominio Veredas de Santo Domingo.
Estas inversiones que —según el FMI— no necesariamente son las inversiones tradicionales que se caracterizan por realizarse “en activos de bajo riesgo y de rendimiento estable”, son apenas la “punta del iceberg”, como se dice, pues el total revelado por el informe del Fondo, que se ha invertido en este rubro, es de 141.3 millones de dólares, unos 4,239 millones de córdobas. Una cantidad por casualidad —pues no tiene que estar directamente relacionada— cercana al acumulado del déficit del INSS desde 2013.
Aunque la soberbia del régimen bicéfalo le impide dar explicaciones sobre sus desmanes, este es un caso en el que claramente le debe una explicación al pueblo de Nicaragua, y que, a propósito, no se conocería si LA PRENSA no ejerciera un periodismo investigativo e independiente.
Esto último como corolario para quienes directa o solapadamente presionan por un periodismo dócil, dizque para no afectar “el clima de inversión”.