Manny Pacquiao se había marchado ya de la ciudad, sin decir mucho. Mientras, en las redes sociales seguían surgiendo críticas al réferi y a los jueces de la pelea por el título welter de la Organización Mundial de Boxeo, que perdió el filipino por decisión unánime ante Jeff Horn.
Numerosos australianos, desde fanáticos hasta políticos, siguieron festejando el lunes el triunfo de Horn, un púgil de 29 años, prácticamente desconocido en el mundo del boxeo hasta hace unos días y quien antes se desempeñaba como profesor en una escuela.
Al flamante campeón no le importan mucho las críticas, que comenzaron el domingo en una entrevista para la televisión tan pronto como terminó la denominada “Batalla de Brisbane”.
“Siempre habrá reacciones de la gente que dirá que tuve suerte o cualquier cosa. Siempre habrá gente negativa, que dirá que no gané la pelea. Yo creo que gané la pelea”, comentó Horn, invicto en 18 combates desde 2013, cuando se convirtió en profesional.
“Todos tienen el derecho de dar su opinión. Estoy seguro de que acá he ganado más seguidores de los que he perdido”. Pacquiao se abstuvo de ofrecer la conferencia de prensa posterior al pleito.