Las lagunas cratéricas de Nicaragua ya declaradas como reservas naturales, esperan ser postuladas como patrimonio de la humanidad ante la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).
Uno de los promotores de este proceso es el científico Jaime Incer Barquero, quien en conjunto con otros homólogos nacionales y extranjeros, han estado conversando para desarrollar una estrategia que permita que el proyecto camine y que el país pueda hacer la gestión ante la Unesco.
Según Incer Barquero, además de la belleza paisajística de las lagunas cratéricas, cuentan con un estudio sobre la composición de los organismos que viven en las lagunas, del que se destaca que las especies son únicas, es decir endémicas.
De apoyo internacional…
Como parte de esta iniciativa también se requiere conseguir apoyo internacional para establecer, por lo menos, explicó el científico Incer, una estación biológica para atraer mayor interés y obtener información que contribuya al ecoturismo, y “el manejo de estas áreas sea una realidad porque realmente están abandonadas”, refirió.
Que estas puedan ser consideradas como patrimonio universal de la humanidad permitiría recibir apoyo para su manejo y conservación en beneficio de la ciencia, la educación y de la investigación.
El hecho que algunas de las lagunas estén aisladas favorece a que las especies originales vayan generando nuevas subespecies, que al final, se vuelven únicas del lugar. Sin embargo se requiere más estudios sobre el tema.
Lista de lagunas
La propuesta abarca a las lagunas cratéricas de Cosigüina, la laguna del Tigre, ubicada en La Paz Centro, la laguna de Monte Galán, ubicada en la base del Momotombo, Apoyeque, Xiloá, Asososca, Tiscapa, la laguna de Masaya, Apoyo, Zapatera y la laguna que está ubicada en la cumbre del volcán Maderas. Algunas de estas tienen un alto grado de contaminación como Tiscapa la de Masaya.
La laguna de Asososca también tiene un valor fundamental para la capital: abastece de agua potable a unos 50 barrios.