El movimiento de droga y los expendios de licor han proliferado en la comunidad de San Bartolo, municipio de Quilalí, Nueva Segovia,“aprovechando la ausencia o poco personal que tiene la Policía Nacional”, dijo el ciudadano Calixto Ramírez Moreno, justificando la urgencia de un puesto policial para la comunidad.
San Bartolo, ubicado a 14 kilómetros de la cabecera municipal (Quilalí) tiene 6 mil habitantes, y a ellos se suman unos 2,500 habitantes de 8 comunidades vecinas. Quilalí solo tiene ocho oficiales para cubrir 53 comunidades.
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“El problema de Quilalí es grave, se está moviendo bastante la droga, muchos son los expendios ilegales de licor dentro de San Bartolo, por eso necesitamos más presencia policial, es un dolor de cabeza intentar que una patrulla llegue, aunque es entendible por la distancia y poco personal que tiene”, dijo Ramírez Moreno. De igual manera se expresó Pedro Pablo Rugama Ramírez, de la misma comunidad.
Demanda ciudadana
La demanda fue escuchada por el Comisionado General Aldo Sáenz Ulloa y el comisionado mayor Carlos Martínez, jefe departamental en Nueva Segovia, durante una asamblea de consulta ciudadana.
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En tanto, Yamileth del Carmen Maldonado, del municipio fronterizo de Dipilto, también recalcó la necesidad de que la institución policial asigne más oficiales debido a que sólo tiene asignados cinco para una frontera que a diario presenta los riesgos de que la delincuencia incursione desde Honduras.
“Los delincuentes los tenemos por todos lados, detrás de la casa los podemos tener y ni cuenta nos damos, los oficiales con su jefe se movilizan día y noche cuidando esa frontera, pero tapan un hoyo y destapan otro porque son muy pocos”, insistió.
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Por su parte, Reynerio Alfaro, dirigente del barrio Monseñor Madrigal de Ocotal, reconoció el trabajo de la Policía “por garantizarnos seguridad y tranquilidad”, pero demandó presencia de los jefes de sector en las asambleas de los barrios “tal como lo hacían antes, porque es el lugar para que la Policía conozca la problemática delictiva”.
Mejorar relaciones
Para el comisionado mayor Carlos Martínez, “el trabajo ha sido productivo, hay excelente coordinaciones con algunas iglesias, con la comunidad y si bien las amenazas de las estructuras delincuenciales en el país vecino del norte son mayores, pero no tenemos maras”.
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Por su parte, el comisionado general Aldo Sáenz Ulloa, por la jefatura nacional, hizo un llamado a establecer relaciones de trabajo con la comunidad y sobre todo con los jóvenes. “Hay muchas formas de incidir para que el joven cambie actitudes negativas”, enfatizó.
El jefe policial destacó que “la piedra angular de la Policía Nacional son los jefes de sector, son nuestro núcleo, un excelente mecanismo para nutrirnos, no podemos dejar que la delincuencia nos robe la iniciativa, nuestra fortaleza es garantizar el vínculo y complementariedad con la comunidad, con el compromiso de seguir manteniendo a Nicaragua como el más seguro de Centroamérica”.