Papel, cartón y plástico pueden ser lo primero que se le venga a la mente al hablar de reciclaje, pero también el vidrio, diferentes metales ferrosos y no ferrosos, y residuos electrónicos entran en la lista de desechos que pueden ser explotados en el negocio del reciclaje.
La figura de la persona que selecciona y recolecta entre la basura estos materiales es el reciclador de base, el primer eslabón en la cadena, pero no el único ni el último, usted mismo podría entrar en la cadena, explica Janny Tercero, presidenta de la Cámara de Recicladores de Nicaragua (Carenic).
“En Nicaragua hace falta cultura de reciclaje desde los hogares, si la gente seleccionara su basura no solo estaría colaborando al desarrollo de este trabajo, sino que también tendría un impacto ambiental”, comenta Tercero.
En Carenic, asociación que aglutina a 16 empresas entre acopiadoras y exportadoras, insisten en que ni en la cultura ni en la política nicaragüense se ha tomado en serio el tema del reciclaje como empresas que generan impacto social, ambiental y económico.
“No tenemos normativas que regulen nuestro trabajo, hay mucha informalidad, no tenemos incentivos para trabajar aunque generemos empleos y paguemos impuestos en el caso de las empresas formales”, expone Janny Tercero. Por tal razón, Nicaragua continúa siendo únicamente exportador de materia prima, sobre todo a Estados Unidos, Asia y Centroamérica, y según Tercero, el camino para industrializar este sector es bastante largo si no hay interés en legislar a favor ni en formalizarse.