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novela de realismo, literatura

La escritora Tatiana Goransky calificó de “realismo delirante” a Fade Out, su novela rosa sobre la búsqueda del silencio en un mundo de ruido. LAPRENSA/EFE

Fade Out: novela de realismo delirante sobre tres generaciones de mujeres

Fade Out es una novela rosa en la que una madre, su hija y su nieta logran comunicarse a través de la música que sale de sus oídos, está escrita a tres voces, la de dos de las tres mujeres y la de “un negro” que escribe para otro escritor

La escritora argentina Tatiana Goransky ha calificado de “realismo delirante” el estilo de Fade Out, su “novela más rosa”, presentada en la Semana Negra de Gijón.

Goransky, quien inició su carrera escribiendo porno para luego decantarse por la novela negra o psicológica, ha dicho que su última obra “es un libro sobre la búsqueda del silencio” y una crítica a la pérdida de intimidad en “un mundo de ruido” tecnológico.

La obra, en la que una madre, su hija y su nieta logran comunicarse a través de la música que sale de sus oídos, está escrita a tres voces, la de dos de las tres mujeres y la de “un negro” que escribe para otro escritor.

En Fade Out las tres generaciones de mujeres, que tienen la facultad de producir “emisiones acústicas espontáneas”, han perdido su intimidad porque sus sentimientos y pensamientos son comunicados a través de la música que emanan sus oídos.

Ambientada en Buenos Aires, San Juan y Barcelona, la novela funciona como una metáfora sobre la forma en la que las nuevas tecnologías de la comunicación están “alejándonos de la gente”, ha explicado.

Música de todo el mundo

Goransky, quien combina su actividad de escritora con la de cantante de jazz, le ha dado a la madre y a su hija su propio lenguaje musical y a la nieta la posibilidad de callar.

Así, Kumiku emite música de todo el mundo, su hija Renata, solo tangos y milongas, y Esther “es muda” por propia voluntad, porque ha asumido la responsabilidad de “ejercer un mutismo responsable”.

La autora de Quién mato a la cantante de Jazz ha asegurado que en todas las obras que ha escrito con su firma —porque durante muchos años trabajó de “negro” o de “escritor fantasma” como se denomina en Argentina a la figura del que escribe para otro— busca “llevar al extremo una idea”.

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