Sin ninguna derrota en su casillero en siete peleas, a Alexander “Popeye” Mejía le llegó el momento de la verdad. Aunque como boxeador amateur hizo estragos, habiendo dado el salto al profesionalismo la historia será reformulada el 29 de julio en Managua, a su favor o en contra, cuando se vea la cara con Ramiro Blanco.
En medio de los dos colgará el cinturón Fedelatin de las 122 libras, distinción que al ganador le permitirá ascender en la ruta hacia oportunidades más vistosas, en una sede como el gimnasio Nicarao, situado en Managua, donde la promotora Búfalo Boxing celebrará su cartel ocho de este año.
¿Quién es más en un ring, Blanco con su tecnicismo y rapidez, o Mejía con su atrevimiento y sed de triunfo? En esta ocasión los dos pelearán en una categoría que no es propia. Ejemplo de esto es que Blanco, por falta de rivales en el terruño, ha tenido que moverse hasta las 130, y Mejía ha encontrado constancia en 126.
El público estaría en presencia de una de las mejores batallas del año, teniendo como premisa la seriedad con la que ambos asumen su preparación, cada uno defendiendo los intereses de sus promotores, Blanco de parte de Búfalo Boxing y Mejía de Pinolero Boxing.
“Estos muchachos son dos de los mejores prospectos que hoy por hoy existen en el país y puedo garantizar que darán lo mejor de sí”, declaró Rosendo Álvarez, al respecto.