El politólogo José Antonio Peraza expresó que el liberalismo es la ideología dominante no solo en Nicaragua, sino en el mundo, porque “en estos tiempos a nadie se le ocurre confiscar a las personas y repartir las propiedades”.
En ese sentido, Peraza definió el liberalismo como “la defensa acérrima de la propiedad privada y de las libertades públicas”.
En Nicaragua, este 11 de julio se cumplen 124 años de la revolución liberal, liderada por José Santos Zelaya en 1893, sin embargo, Peraza valoró que el liberalismo como movimiento y como tradición política “esta viviendo su peor momento”, porque los partidos políticos que se declaran liberales “solo tienen el nombre de liberal, pero no practican la democracia a lo interno de sus organizaciones”.
“Existe dentro del campesinado y entre sectores muy amplios del país un sentimiento liberal, pero a nivel doctrinario e ideológico los liberales, en este momento, no tienen una propuesta específica para conducir Nicaragua”, manifestó Peraza.
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Peraza explicó que los partidos liberales aceptan la doctrina liberal de la defensa de la propiedad privada, el libre mercado, el tema de la globalización, porque es una práctica dominante a nivel internacional. No obstante, “a nivel privado estos partidos no practican la libertad y son dirigidos por caudillos”, según el politólogo.
Por su parte, el político liberal José Pallais Arana manifestó que en Nicaragua la revolución liberal fue el inicio de transformaciones profundas, que lograron elevar el derecho a la igualdad entre los hombres, la libertad y la defensa de la dignidad.
También, con la corriente liberal se avanzó en el derecho de igualdad de las mujeres, comentó Pallais.
Otro de los grandes logros del liberalismo, según Pallais, fue el voto universal, porque durante los gobiernos conservadores, el voto era un privilegio de los ricos.
También los liberales trajeron la liberación del comercio e introdujeron el principio de la separación del Estado.
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En la actualidad, Pallais opinó que los liberales tienen el reto de “romper con la sumisión en que han caído los partidos que se dicen liberales” y la “política de sometimiento y complicidad de un proyecto dictatorial”, en alusión al gobierno de Daniel Ortega y su esposa Rosario Murillo, presidente y vicepresidenta designados por el poder electoral.
Según Pallais, Zelaya, a quien se le atribuye el impulso de la revolución liberal, contribuyó a que Nicaragua tuviera una Constitución Política “auténticamente liberal”, que se conoció como la Libérrima.
Sin embargo, Pallais aceptó que Zelaya “cayó en los vicios de la reelección y de la ambición del poder absoluto”.
Pallais dijo que el liberalismo se caracteriza por la igualdad de todos los hombres, el libre comercio, los derechos de los trabajadores.