Las riberas de los ríos Atoya y El Acinco, ubicados a seis kilómetros al oeste de la ciudad de El Viejo, fueron reforestadas. Ambos son afluentes del río Ameya que cruza hacia el municipio vecino de El Realejo, de mucha importancia en la zona.
Mayra del Socorro Hernández, una joven perteneciente a una iglesia local, se integró para plantar varios arbolitos con el interés de conservar al río Acinco que a orillas de la carretera El Viejo-Potosí.
“Los ríos no están como cuentan nuestros abuelos que antes se bañaban en aguas cristalinas pero hoy están con poca agua y en algunos solo las piedras han quedado”, mencionó la joven, indicando que está atenta a las campañas que promueven este tipo de actividades.
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A lo largo de los ríos se reforestaron dos hectáreas, con las especies espavel, propio para la conservación de agua, además de ceiba, pochote, genízaro y guanacaste.
Mario García Roa, director de protección y desarrollo forestal del Instituto Nacional Forestal (Inafor), declaró que el lanzamiento de la reforestación en Chinandega es para proteger los ríos mencionados que son ramales del Rio Ameya que cruza hacia el municipio vecino de El Realejo, de mucha importancia en la zona.
“Es necesario que disminuya el despale principalmente para aquellos que tienen monocultivos, en el tema de caña que bien pueden convivir con árboles y no ver estas áreas desprovistas porque creamos áreas desérticas, el lanzamiento se hace en esta zona histórica que se enfoca en tratar de resguardar los árboles en esta zona de bosque primario”, refirió García.
Seguimiento a los arbolitos
En Chinandega es prioridad un mil hectáreas, con un dispositivo local de 15 viveros con más de 700 mil plantas.
“Es muy importante sembrar el árbol, no termina ahí porque debemos ser consecuentes con el mantenimiento y el manejo; cada árbol que se siembre se cuidará cuatro años y después sobrevive sin problemas, el llamado es adoptar un árbol como un miembro más de la familia”, comentó.
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Más de 300 jóvenes, coordinados por Inafor, con apoyo de la empresa privada, alcaldía de El Viejo, grupos juveniles, se encargaron de plantar 1.500 arbolitos a lo largo de las riberas de ambos ríos.
Ángela Trujillo dijo que a sus 74 años, le gustaría apreciar las riberas boscosas de antaño, cuando había peces, tortugas, garrobos y lagartos.
El joven Adolfo Padilla lamentó el despale masivo. “La reforestación es importante porque nos ayudara a regular el clima, esto hay que hacerlo ya además de darle seguimiento, el primer paso esta dado”, mencionó.
Los bosques de antaño
Ángela Trujillo dijo que a sus 74 años le gustaría apreciar las riberas boscosas de antaño, cuando había peces, tortugas, garrobos y lagartos.
El joven Adolfo Padilla lamentó el despale masivo. “La reforestación es importante porque nos ayudará a regular el clima, esto hay que hacerlo ya, además de darle seguimiento, el primer paso está dado”, mencionó.