Ya sea de manera artesanal o industrial, en un molde con un divisional se vierte el colorante, luego se sella con cemento (presecante) y agregados naturales como polvo de mármol, los que luego son prensados de manera hidráulica con 2 mil libras de presión.
Proceso de rectificación en vidrios. Consiste en colocar las piezas sobre una base de vidrio para que la mezcla tome una forma recta.
Cámara de fraguado. La pieza se coloca en hornos ecológicos de secado natural, donde está por dos días.
Después que las piezas salen del horno pasan a ser calibrados mediante la cortadora de agua. Esta máquina, que con una presión determinada, corta las baldosas con precisión. Cada pieza tiene un grosor de 16 a 19 centímetros. El agua utilizada en todo el proceso es reciclada.
La pieza pasa por un volteador y proceso de pulido en dos etapas. Primero pasa por la pulidora y luego por la abrillantadora. En este proceso es cuando se controla el acabado, es decir si se quiere un acabado mate o brillante.
La pieza pasa por un soplador para quitarle el exceso de agua y posteriormente por una máquina que lo presella para evitar que al instalarla no se manche.
Luego viene el último secado y la pieza queda lista. Todo el proceso dura dos semanas.