El viernes 23 de junio fue el último día que Norma Helena Gadea cantó en público. Llegó con un vestido negro, largo, con dibujos de greca en las mangas y cantó junto con Luis Enrique Mejía Godoy. Ese concierto era especial para ambos, pues se lo dedicaron a sus papás, quienes en vida fueron buenos amigos. Al finalizar, ella interpretó una de las canciones que su papá solía cantarle. Esa fue la última vez que subió a un escenario, pues al día siguiente comenzó otra batalla contra el hipotiroidismo, enfermedad que la aqueja desde su juventud.
Norma Helena nació con la música en la sangre. Su mamá, Carmencita Avilés, fue cantante de tango en los años cincuenta y su papá Heriberto Gadea también cantaba, tocaba guitarra y era actor radial. Ella es la segunda de siete hermanos. Se crió rodeada de música en Ocotal, Nueva Segovia, y desde niña se inclinó por la música. Quería ser pianista, pero terminó cantando y tocando guitarra.
De Ocotal vino a Managua, allá por 1973. Tenía 18 años y vino para estudiar Derecho, pero cuando iba a segundo año abandonó la carrera por involucrarse en los movimientos juveniles contra la dictadura de Somoza. Allí se casó con la música y desde entonces no ha hecho otra cosa.
“En aquel tiempo, el movimiento cultural me permitió involucrarme en el mundo artístico. Además, yo quería cantar e integrarme de alguna forma en lo que estaba la juventud de mi generación”, contó a la revista Magazine en 2007.
En los años ochenta se integró en Sección Cultural de la Dirección Política del Ejército y allí estuvo por tres años. Viajó por toda Nicaragua, pero siempre cantaba.
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Sin miedo en el escenario
Aunque las canciones que interpreta no las escribe Norma Helena, cuando las canta se apropia tanto de ellas que parecieran suyas. La misma Mercedes Sosa, cantante argentina, a quien Gadea admira, se sorprendió en una ocasión que compartieron escenario y la escuchó cantar Gracias a la Vida.
“Estaban en una prueba de sonido, y cuando la oyó, la miró sorprendida y le dijo ‘vos deberías estar en mi lugar’. Norma Helena no hizo más que agradecerle”, recuerda Eduardo Araica, quien ha sido su guitarrista por 20 años.
Sosa no es la única que se ha sorprendido con su voz. Luis Enrique Mejía también confesó en el programa Mi Vida, Mi Historia que varias de sus canciones las canta mejor Norma Helena, como el tema Mujer de Carne y Hueso.
Para quienes la conocen, Norma Helena es una mujer que vive intensamente sus emociones. Antes de salir al escenario suele ponerse nerviosa, pero después de la primera canción ya nadie la saca allí. “Es una mujer que no esconde nada. Es muy intensa. Si se enoja y se arrecha es capaz de botar la casa. Y si se descompone emocionalmente es un drama espantoso. Ha llorado en las salas de concierto. Incluso, una vez en un viaje a Europa, casi todo el viaje pasó llorando en el avión”, recuerda Araica.
El amor y su hija
A sus 62 años, Norma Helena solo ha estado casada una vez. Conoció a su esposo en un festival en México y fue amor a primera vista. “Yo estaba cantando en el escenario cuando de repente siento que cayó a mis pies una chaqueta. Miré a un muchacho que estaba haciendo todo por lograr llegar al escenario y lo logró: era él, Sergio Rivera”, contó a la revista Magazine.
Dos meses después de conocerse, ambos regresaron a Nicaragua para casarse. Carlos Mejía Godoy su esposa Eveling, quien ya falleció, un matrimonio chileno y Omar Cabezas fueron los padrinos. De esa unión nació su hija, María Candelaria. Sin embargo, el matrimonio solo duró tres años. “La vida me puso enfrente del amor y lo amé”, confiesa a Magazine. Desde entonces ella asumió el rol de madre soltera.
Por eso la relación entre su hija y ella es fuerte. Uno de los momentos más difíciles para ambas fue cuando Candelaria se fue a estudiar a Argentina. Según confesó Norma Helena al programa Mi Vida, Mi Historia, siempre la vio como una niña y cuando tuvo que irse no estaba preparada.
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“Ella ha sido mi mamá, papá, una amiga. Es una mamá soltera que ha guerreado la vida y hemos sido compañeritas de vida. Ella es una mujer excepcional, increíble, un ejemplo de mujer fuerte y tierna”, confiesa su hija Candelaria.
Hace unos años Candelaria regresó al país y ambas viven juntas. Suelen tomar café por la mañana y tener horas de pláticas.
Lucha contra el hipotiroidismo
Cuando a Eduardo Araica le propusieron ser guitarrista de Norma Helena se puso nervioso. Acababa de regresar de Rusia y no tenía experiencia en los escenarios, pero eso no fue todo. “Cuando llegué donde ella por primera vez, me llamó la atención el tamaño de ella. Visualmente me pareció una mujer imponente y eso me puso con mayor temor”, confiesa en medio de risas.
Su peso es una de las características física más notorias y eso se lo debe al hipotiroidismo, una enfermedad crónica que hace que las células del cuerpo no puedan recibir suficiente hormona tiroidea y los procesos corporales comienzan a funcionar con lentitud.
“Siempre he sido gorda. Fui una muchacha grandota. Aunque no me gusta ser como soy, tengo que aceptarme”, confesó a Magazine.
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De su enfermedad ha tenido pocas complicaciones graves. Una de ellas fue en 2004, cuando se practicó una banda gástrica y se infectó. Esa vez casi muere y por eso tituló a su último disco Gracias a la Vida.
El día después de su último concierto, ella y su hija fueron a un restaurante de comida china y allí sufrió el ataque que la mantiene hospitalizada. “Yo me di cuenta cuatro días después, ella me llamó y me dijo que le había dado un ‘patatús’ en un restaurante chino. Sintió como si le estuviera dando un infarto y de allí se la llevaron en ambulancia al hospital”, afirma Araica.
Eso fue el 24 de junio pasado y desde entonces está hospitalizada. Según su hija Candelaria, al principio los médicos no sabían qué le estaba pasando, le hicieron varios exámenes y no le salía nada. Ingresó a cuidados intensivos y le restringieron las visitas. Hasta ahora los médicos han dicho que se trata de un bajón metabólico, falta de sodio por causa de la diabetes y el hipotiroidismo y el proceso de recuperación es lento.
Después de la recuperación no se sabe si volverá a los escenarios. Según su guitarrista, Eduardo Araica, en los últimos meses le manifestó que ya se sentía cansada y que iba a dejar de cantar.
Conciertos y solidaridad
Varios artistas nicaragüenses como Luis Enrique y Carlos Mejía Godoy, Katia Cardenal, La Cuneta Son Machín han organizado conciertos benéficos para ayudar económicamente a Norma Helena. Además, hay dos cuentas bancarias donde se puede ayudar a la familia. En córdobas, (cuenta número: 360496566, Banco de América Central, BAC). En dólares, (cuenta número: 109207672, Banco Lafise-Bancentro).