Nicaragua cuenta con ganado de primera y los campeones centroamericanos en las Expica Permanente suelen ser del hato nicaragüense, en donde se crían campeones en raza Brahman gris y rojo. El objetivo de reproducir campeones es mejorar la genética en el país. ¿Cómo es el cuidado de estos ejemplares dignos de admiración? Una serie de atenciones inician desde antes de su gestación hasta su desarrollo.
Antes de nacer los campeones
El primer paso es seleccionar una vaca de calidad y con la mejor genética que haya en el hato. Se debe elegir un animal que pueda dar suficiente leche para amamantar al campeón.
Ya seleccionada la vaca, se elige semen de toros campeones. Por lo general los productores viajan fuera del país a buscar este tipo de semen, el que luego, por métodos como la inseminación artificial, lo depositan en la vaca, explica Odel Gutiérrez, criador de caballos Puro Brahman.
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La vaca ya preñada debe tener una buena nutrición y cuidados sanitarios. Se debe desparasitar, vacunar, brindar suplementos y minerales que influyen en la formación del esqueleto del feto.
Después de nacer los campeones
Nacido el ternero, el trabajo es evitar a toda costa que se enferme y la primera tarea es desinfectar el ombligo.
Alimentarlo las primeras horas con el calostro de la vaca para inmunizarlo de las enfermedades es determinante para garantizar el cuidado del campeón. Esto no se debe obviar por nada del mundo, dicen los especialistas.
La alimentación se realiza tres veces al día exclusivamente con la leche de la vaca, la que no debe ser ordeñada. A los tres meses se le empieza a dar concentrado a base de grano molido, como soya y maíz, así como heno de buena calidad.
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Un programa de vacunación preventivo contra todas las enfermedades como el antrax, DBD, entre otras.
Después de los seis meses de edad viene el proceso de amansamiento colocando al animal en pequeños corrales, ya que a los ocho meses de nacido se separa de la madre, dejando de ser un lactante para convertirse en un rumiante.
El amansamiento, parte de los cuidados para garantizar un campeón, está basado en un período de 15 días a un mes y se empieza a amarrar del cuello en corrales pequeños. Ya manso se le comienza a poner la gamarra.
Cuando comienza a usar la gamarra se empieza a llevar al baño todos los días. Posteriormente viene el rasqueteo, que consiste en pasar un cepillo sobre el pelaje del animal para limpiarlo. Todo esto es parte del proceso de adiestramiento.
Ya pasados los procesos anteriores y cuando ya tiene unos siete meses de edad se le enseña a presentar o modelar, que es aprender a pararse bien. A esta edad debe estar bien dócil y el proceso dura tres meses.
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El casqueo es lo último que se les hace y consiste en lijar una a una las pezuñas del animal para que estén bien, se le quita el hongo y se vela porque camine bien, que su caminar no sea desnivelado. El caminado del campeón debe ser recto y firme. El caminar bien tiene repercusiones en el campo, dicen los especialistas.
Dedicación
Par el cuidado de estos animales es importante contar con el personal más dedicado, porque de sus cuidados dependerá que sea un campeón. “En la calidad del animal y en la preparación el trabajador es un componente importante. Tiene que tener pasión y ser constante”, explica René Blandón, presidente de la Comisión Nacional Ganadera de Nicaragua (Conagan).