Desde que asomó como púgil profesional, el mundo ha seguido la progresión de Román “Chocolatito” González, un boxeador que estaba destinado a la grandeza, tras una trayectoria prodigiosa desde que era un niño.
Y a través del tiempo no ha hecho otra cosa que confirmar las expectativas sobre su dimensión en un contexto tan competitivo y despiadado como el del boxeo, mientras capturaba cuatro coronas y forjaba un récord invicto en 46 combates.
Pero en marzo pasado sufrió una pausa tras ser despojado de un triunfo que había conquistado ante Srisaket Sor Rungvisai y aunque no era su culpa, muchos señalaron a su entrenador Wilmer Hernández.
Ahora comenzó la era de Sendai Tanaka al frente del adiestramiento del nica. Y nadie pone en tela de juicio la capacidad del nuevo entrenador, pero solo con el tiempo sabremos si esa ha sido la mejor decisión para Román.
Tanaka es competente y estudioso. Tiene experiencia por más de dos décadas y ha estado vinculado a pugilistas como Marco Antonio Barrera, Erik Morales y Jorge Linares, entre otros.
Y aunque bajo la tutela de Hernández se vio a un Román en estupenda condición física, se le cuestionó que redujo la extensión de sus combinaciones y disminuyó el uso de sus ganchos y uppercuts ante Rungvisai.
De modo que además del resultado que es el objetivo esencial, también hay interés en ver cómo luce González, quien se ha caracterizado por ser un púgil que combina técnica y potencia con una gran habilidad.
Todos deseamos que el cambio de entrenador ponga a Román en las mejores condiciones, además lo va a necesitar si quiere despojar a Rungvisai, quien está extasiado por el trato que recibe ahora como campeón.