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Sí al futuro, no al pasado

Somos creyentes que esta es la única ruta viable y sostenible para que en nuestro país los nicaragüenses trabajemos en profundizar sobre los alcances de la democracia, prosperidad y seguridad que el país demanda.

Hace un año escribí un artículo que titulé Un Socio Relevante, para referirme a una situación que provocó discrepancias diplomáticas entre el gobierno nicaragüense y el de los Estados Unidos (EE.UU.). El tema fue resuelto posteriormente por la vía diplomática (como debe ser) entre ambas naciones.

Lo que prevaleció finalmente fue la ponderación correcta de ambos gobiernos de privilegiar el fortalecimiento de una relación que, si bien es cierto no ha dejado de estar históricamente marcada por las diferencias ideológicas y políticas de los gobiernos de turno, desde 1990 se ha fortalecido y aumentado por la interacción entre dos pueblos hermanos.

No se puede ignorar, y mucho menos los gobiernos, que entre Nicaragua y EE.UU. existen vínculos indisolubles como socios comerciales y porque además miles de compatriotas radican en suelo norteamericano donde encontraron una patria que los acogió. Esas realidades nos vinculan estrechamente.

Es una realidad inobjetable que nuestro principal socio relevante es, y seguirá siendo, EE.UU.

En el año 2015 estimamos que nuestra vinculación económica con EE.UU. era equivalente al 35 por ciento del PIB. En el año 2016 este estimado se eleva aún más hasta alcanzar un 36.6 por ciento del PIB.

Para actualizar algunas cifras, todas en dólares, sobre las exportaciones  totales de 2,226.4 millones, EE.UU. representa el 42.4 por ciento de lo exportado. Asimismo, sobre las exportaciones de zona franca de 2,612.8 millones, las exportaciones a EE.UU. representan el 65.9 por ciento de lo exportado.

Las remesas del año 2016 fueron de 1,264.1 millones de dólares, de las que 690.1 millones provinieron de EE.UU., lo que representó el 54.6 por ciento del total de remesas.  Y del total de turistas que ingresaron al país en 2016, el 19.2 por ciento eran de origen norteamericano. Sin mencionar el impacto de la inversión extranjera.

Tampoco menos importantes son las áreas que ambos Estados han encontrado para trabajar en forma coordinada en temas tan sensibles como lo son la lucha contra el crimen organizado, el terrorismo, el narcotráfico y los migrantes, y recientemente, un mayor énfasis en la educación; ámbitos de cooperación que día a día se deben seguir fortaleciendo.

Es por esas razones, que las relaciones bilaterales entre Nicaragua y EE.UU. son para el sector privado un elemento clave para nuestro futuro económico y social.

Y es por esa realidad, que lamentamos la situación política que se ha presentado con la reciente aprobación por el Comité de Relaciones Exteriores de la Cámara de Representantes de EE.UU. de la iniciativa de Ley conocida como Nica Act y la aprobación por la Asamblea Nacional de Nicaragua de la Ley de Defensa del Patrimonio Nacional, que nos sitúan en un nivel de discrepancias políticas que considerábamos eran parte del pasado.

No podemos olvidar, que el pueblo nicaragüense con las elecciones de 1990 apostó a la prosperidad y la democracia, y desde entonces son una prioridad de la nación.

Esos esfuerzos nos han permitido tener 27 años de paz y cohesión social, que nos han permitido establecer una ruta irreversible de crecimiento sostenible y nos ha dado expectativas positivas de un futuro mejor.

Por eso como empresarios y ciudadanos no deseamos volver a temas del pasado que nos muestran claramente lo fácil que es destruir y lo difícil que es construir.

En el sector privado ya conocemos la lección trágica que resulta como consecuencia de la intolerancia, la confrontación y los conflictos armados promovidos por la clase política. Son episodios que no deben repetirse jamás.

Para nosotros, la relación de nuestro país con EE.UU. debe enfocarse en el futuro para trabajar de la mano por la prosperidad, seguridad y democracia de nuestros pueblos.

Los gobiernos y los parlamentos de nuestros países deben contribuir a ese objetivo, superando cualquier obstáculo en forma diplomática, como sucedió hace un año entre los gobiernos, pensando en el bienestar común y no en el particular.

Es importante no retroceder. Es por ello que no creemos que para construir antes hay que destruir.  Tampoco creemos que para alcanzar logros institucionales tiene que ser sacrificando logros económicos y mucho menos afectando a la población que menos tiene.

Como sector privado privilegiamos el diálogo como herramienta clave para fortalecer la paz, la cohesión social, la institucionalidad y el desarrollo sostenible.

Somos creyentes que esta es la única ruta viable y sostenible para que en nuestro país los nicaragüenses trabajemos en profundizar sobre los alcances de la democracia, prosperidad y seguridad que el país demanda.

El autor es presidente del Cosep.

Columna del día EEUU futuro Gobiernos pasado archivo

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COMENTARIOS

  1. Gustavo
    Hace 7 años

    El ingeniero hace omisión de que en noviembre de 2011 el FSLN le dio una patada a la historia, a la decisión de los nicaragüenses de vivir en democracia y esta dejó de ser prioridad para su majestad el comandante, al realizar fraude electoral. Con observadores electorales diciendo “no nos dejaron trabajar” y “Ortega ganó pero no sabemos con qué porcentaje”.

  2. La verdad ...
    Hace 7 años

    En Nicaragua ya no hay políticos ni la política ya no funciona ! Que Dios proteja lo que se construye y que no caiga en un segundo .

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