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La Prensa

Esquipulas II pendiente de cumplimiento

Hoy se cumplen 30 años de la firma de  los Acuerdos de Esquipulas II, que los presidentes de todos los Estados centroamericanos suscribieron el 7 de agosto de 1987 con el compromiso de  impulsar un proceso de democratización que garantizara la reconciliación nacional y la paz firme y duradera en toda la región, particularmente en los países donde había guerra civil: Guatemala, El Salvador y Nicaragua, donde además imperaba una dictadura.

El componente fundamental de los Acuerdos de Esquipulas II es la celebración de elecciones justas y transparentes, supervisadas por una observación electoral internacional independiente y confiable. La dictadura sandinista encabezada por Daniel Ortega con el título de  presidente de Nicaragua, regateó el cumplimiento de los Acuerdos de Esquipulas II tratando de distorsionarlos a su favor. Pero  el 25 de febrero de 1990, dos años y medio después de que fueron  firmados, se realizaron en Nicaragua  unas elecciones generales que sin haber sido completamente justas y limpias, cumplieron los estándares básicos del sistema electoral democrático.

Decimos que no fueron completamente justas y limpias,  porque la Unión Nacional Opositora (UNO) tuvo que competir en una enorme desigualdad de condiciones con el FSLN, que usó para su campaña electoral  todo el poder del Estado y los recursos del Gobierno. Pero también porque a la UNO le fueron escamoteados 4 diputados, con los que sumaría 55 y tendría la mayoría de 60 por ciento necesaria para reformar la Constitución sandinista.

Sin embargo, el objetivo fundamental de lograr el cambio del sistema de gobierno, de la dictadura sandinista a la democracia republicana, se logró a pesar de todo y  se cumplió  básicamente el componente electoral de los Acuerdos de Esquipulas II.

El compromiso de realizar regularmente elecciones justas y transparentes, como sustento de la democracia y para garantizar la paz firme y permanente, se siguió cumpliendo en 1996 y 2001, cuando por el voto libre de los nicaragüenses se practicó la  alternabilidad en el poder: primero la presidenta Violeta Barrios de Chamorro fue sustituida por el doctor Arnoldo Alemán y después este fue reemplazado por don Enrique Bolaños Geyer.

Fue hasta después de que Daniel Ortega ganó las elecciones de noviembre de 2006, gracias al pacto bipartidista con Arnoldo Alemán y la división del voto liberal, que causó que el compromiso de las elecciones transparentes y la alternabilidad en el poder mediante el voto libre de los ciudadanos ya no se volvió a respetar.

Ahora, 30 años después de los Acuerdos de Esquipulas II, Nicaragua se encuentra en una deplorable  situación de retroceso institucional democrático, soportando de nuevo elecciones  amañadas como las que hacía el somocismo e hizo también la dictadura sandinista en 1984.

En los Acuerdos de Esquipulas II no se dijo  que las “elecciones libres y democráticas” serían solamente una vez. Es que siempre tiene que  haber elecciones justas y transparentes, para garantizar la democracia como soporte de la reconciliación nacional y la paz firme y duradera.  Pero Daniel Ortega ha roto ese compromiso y la comunidad internacional, que fue garante de los Acuerdos de Esquipulas II,  debería presionarlo para que lo cumpla.

COMENTARIOS

  1. DanielEscorciaPolanco
    Hace 7 años

    La presion o persuacion para que se respeten las reglas del juego limpio democratico debe provenir de la poblacion nicaraguense, ya que por ejemplo si el pueblo venezolano no estuviera movilizado, la opinion de la OEA y otros no tendria mayor relevancia.

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