Los retirados del Ejército de Nicaragua entre el período de 1979 y 1993, que suman casi 13 mil personas y que se encuentran en total abandono, podrían recibir su pensión si el Estado reconoce ese período como cotizado, aseguró el especialista en Seguridad Social, Manuel Israel Ruiz.
Ruiz se basa en el decreto 726, Ley Especial para Pensiones de los Servidores Públicos de 1981, que en el artículo 3 dice que los trabajadores del Estado “percibirán la pensión calculada a base de todos los años de servicio a la Administración Pública y de conformidad con las normas reglamentarias del Instituto Nicaragüense de Seguridad Social”.
El artículo agrega que estará a cargo del Estado “el pago de la pensión o diferencia que resulte entre la pensión completa y la que les corresponda como asegurados por sus cotizaciones”.
Falta de voluntad
Para Ruiz, que este decreto no se aplique se debe a falta de voluntad tanto del Estado como de los mandos del Ejército, que no velaron porque estas personas tuvieran los mismos beneficios que tienen las víctimas de guerra, que están cubiertas un ciento por ciento, con el 1.5 por ciento de las cotizaciones de todos los empleados.
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“El presidente un 19 de julio dijo que estaban en deuda con los retirados del Ejército pero que los iba a reconocer, entonces que reconozca que ellos fueron trabajadores del Estado… para que les den los beneficios como cualquier trabajador”, dijo Ruiz.
“Cuento” y “burla”
Recientemente el coronel en retiro Carlos Brenes Sánchez —ocupó puestos importantes en el Ejército de Nicaragua— dijo que “es puro cuento” que el Gobierno diga que parte de la indemnización que buscan que pague Estados Unidos por los daños causados en la guerra de los ochenta, se usará para pagar la pensión y darles beneficios económicos a los retirados de la institución militar.
Para el general en retiro Hugo Torres, el anuncio de Ortega no fue un “cuento”, sino una “burla” para todos los retirados del Ejército que dieron parte de su vida y se encuentran en extrema pobreza.
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“Los gobernantes indolentes, faltos de solidaridad y de humanismo por mucho que se llenan la boca hablando que su régimen es cristiano, socialista y solidario, eso no vemos a la hora de actuar”, dijo Torres.
“Decir que con el dinero que le están reclamando a Estados Unidos de indemnización, que a mi juicio no va a prosperar, le van a dar respuesta (a los retirados) es burlarse”, dijo.
Los miembros retirados del Ejército antes de 1994, como Brenes, resienten que ninguno de los gobiernos, de aquella época a esta parte, les han dado respuesta.
Período de desarme
En la página web del Ejército de Nicaragua, se registra que a partir de 1990, con la finalización del proceso de desmovilización y desarme de la Resistencia Nicaragüense, y el inicio del proceso de paz tras la victoria en las elecciones de doña Violeta Barrios de Chamorro, se redujo a los efectivos militares “pasando así, de un Ejército de aproximadamente 87,000 efectivos, al actual Ejército de Nicaragua, de cerca de 12,100 efectivos”.
