Mientras en Nicaragua los dirigentes ganaderos están a la espera de que se instale una mesa bilateral de negociaciones con el fin de suavizar las medidas impuestas por El Salvador para el ingreso de leche y lácteos, esta semana las autoridades salvadoreñas visitaron el puesto fronterizo El Amatillo con el objetivo de verificar la aplicación de las nuevas disposiciones.
El Ministerio de Agricultura y Ganadería de El Salvador informó que su titular, Orestes Ortez, acompañado del presidente de la Asociación Ganadera de El Salvador (AGES), Mario Espinal, visitaron el jueves las oficinas de cuarentena en El Amatillo “para constatar de primera mano que se estén cumpliendo las disposiciones generales de inocuidad y sanidad de los alimentos que ingresan al país para el consumo de los salvadoreños”.
Durante su estancia en la frontera El Amatillo, por donde ingresa la mayor parte de productos enviados por Nicaragua y Honduras, Ortez constató que se están realizando los análisis respectivos al queso que va rumbo a ese mercado.
Si prueban salen positivos queso es rechazado
“Aquí hay un equipo de inocuidad de alimentos que levantará las muestras que luego se someterán al laboratorio; si las pruebas salen positivas el producto será rechazado y debe regresar a su lugar de origen. Si los análisis son negativos, ingresa el producto al país para comercializarse”, explicó.
El ministro añadió que dicha medidas son parte de una “operación de protección a la ganadería nacional y porque queremos asegurarnos que la población salvadoreña tenga la confianza de que los productos lácteos que se importan, sean estos de Honduras, Costa Rica, Nicaragua o Guatemala, cumplan con las normas higiénicas que ha establecido la República de El Salvador en materia de inocuidad y sanidad de los alimentos”.
El Salvador es el principal mercado para el queso nicaragüense. De los 69.11 millones de dólares que generaron los envíos de queso al exterior entre enero y julio de este año 59.52 millones de dólares los absorbió El Salvador.