A 17 días de su derrota con Alexander Mejía, el boxeador Ramiro Blanco masticó por completo el hecho, y para la revancha que será en diciembre, sale al paso con una sentencia: “Voy a buscar el nocaut para dejar claras las cosas”.
En su boca no hay lamento, Blanco parece más bien interesado en escribir su propio capítulo, luego de esa pelea en la que cometió el error de entrar al terreno en corto donde Mejía domina a su antojo. “Al final quise cambiar la estrategia, pero ya se había adelantado mucho en las tarjetas, era difícil”, reconoce ahora.
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La lectura de Blanco es correcta: Mejía lo introdujo a territorios de escasa maniobra, ahí lo golpeó, ahí lo mantuvo, mientras sumaba para el fallo de los jueces, que le reconocieron su labor vía decisión dividida, en el gimnasio Nicarao, en Managua.
Nocaut en revancha
“Pienso levantarme con más fuerza de mi derrota. Voy a buscar el nocaut en la revancha. Dios lo bendijo a él con la victoria y los jueces son los que mandan”, apunta Blanco, quien tiene únicamente dos reveses (el otro en China), 16 victorias y tres empates desde que inició su carrera en mayo de 2014.
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Catalogada hasta hoy como la mejor batalla del año en suelo pinolero, la segunda versión estaría disponible en el ring en diciembre, de acuerdo a los promotores de ambos, Marcelo Sánchez (de Mejía) y Rosendo Álvarez (de Blanco), quienes visualizan una batalla previa para los dos.
“Según las pláticas que he sostenido con Rosendo, mi apoderado, es que podría pelear el 30 de septiembre, ante de la revancha con Mejía. En esta ocasión debo ser más astuto para trabajar desde la media y larga distancia, no volver a caer en ese esquema”, afirmó.