En la medida en que se aproxima el 5 de noviembre, fecha en que habrá de celebrarse las elecciones municipales, la desesperación del Gobierno y los partidos satélites que le acompañan en dicha farsa se acrecienta, pues el pueblo sigue dándole la espalda al proceso. Por lo que a mi juicio el Gobierno ha tenido que echar mano de personas que en algún momento se consideraron líderes opositores, pero sus posiciones actuales los están poniendo en entredicho, pues han aceptado participar a pesar de saber que es un proceso fraudulento, ilegítimo y viciado de principio a fin.
Pueden estar seguros que entre los motivos que los impulsan, están las presiones, halagos y por qué no decirlo, más de uno ha aceptó dicha candidatura para satisfacer su ego pues siempre se consideraron a sí mismos presidenciales.
Desde que inició este proceso electoral, manifesté que el mismo se llevaría consigo el liderazgo de más de uno. Pues siempre estuve claro de que las debilidades de algunos los harían prestarse al juego del Gobierno.
Comencemos por el Partido Liberal Constitucionalista (PLC) de Arnoldo Alemán. En el pasado se enorgullecía de tener una veintena de prominentes políticos aptos para ganar cualquier candidatura, hoy tuvieron que acudir a un oscuro candidato de otro partido que hizo el ridículo ayer y pueden estar seguros que lo hará hoy si es que Alemán lo mantiene hasta el final. Luego tenemos al Partido Conservador (PC), Alianza por la República (APRE), Alianza Liberal Nicaragüense (ALN), todos estos en realidad son caricatura de partido y sin excepción ya sus “líderes” solo se representan a sí mismos y el único valor que tienen es el que les asigna Daniel Ortega en época de elecciones.
Nos quedan dos partidos, ambos se estrenarán en estas elecciones municipales, el partido del reverendo Saturnino Cerrato (PRD) y el partido de Eduardo Montealegre, Ciudadanos por la República (CxL). En cuanto al partido del reverendo, de este no hay mucho que decir, pues él mismo (Cerrato) se ha encargado de que se sepa su cercanía al Gobierno. En cuanto a los CxL, siempre me ha quedado claro que es el partido de Montealegre, basta con ver su junta directiva para darse cuenta que son los mismos que enterraron sus aspiraciones presidenciales, pero que le inflaron su ego en todo momento, pues al decir de todos ellos el líder jamás se equivocó y siempre tomó las decisiones correctas. Este partido está dirigido con mano de hierro por la sombra de Eduardo y no les quepa duda que va a hacer lo que él ordene, cuando lo ordene, así que mi amigo Mauricio Mendieta tendrá que ver cómo se desinfla su candidatura y con ella su futuro político y lo que es peor su posición de hombre demócrata.
He dejado por último al Movimiento Unidad con Dignidad (MUD), primero porque no es partido y segundo porque no salgo de mi asombro cuando veo a su líder animar a los miembros de su grupo a participar en las elecciones, porque solo con los votos derrotaremos al orteguismo, dice hoy él. Pregunto: ¿Qué pasó con los votos que lo hicieron ganar la Alcaldía de Ciudad Darío? Se los voy a recordar, vino la maquinaria del régimen y se los esquilmó, cuando protestó asesinaron a dos de sus seguidores, malmataron a una decena y encarcelaron a una veintena y al final se impuso el fraude y los fraudulentos.
¿Qué ha cambiado de esa elección a esta? Si los señores del MUD tienen una repuesta que por favor me la digan porque yo por más que trato no la encuentro.
El autor es analista político.