Existe una eterna paradoja que enfrentan algunas empresas como es la del crecimiento y la reducción de costos y es, sobre todo, en las grandes compañías donde cualquier ineficiencia puede tener un impacto mayor en el futuro. Pese a esto, cuando las compañías se encuentran en etapa de expansión, tienden a no poner suficiente atención en la contención del gasto.
Una estrategia de eficiencia operacional o de reducción del gasto, se puede implementar en todos los niveles: desde lo operacional y táctico, hasta aquellas grandes transformaciones empresariales. El proceso puede abarcar desde una pequeña o mediana empresa local, hasta una gran organización multinacional.
Lograr una mayor eficiencia o productividad operacional se puede medir en tanto logre el objetivo de que la organización haga más con lo mismo, o lo mismo con menos recursos. El éxito de este tipo de estrategias en una empresa se puede medir ya sea mediante la simple comparación de los gastos del año anterior versus el presente; o con la diferencia entre ingresos y costos y la relación entre esa diferencia y el capital invertido en las operaciones, es decir la rentabilidad sobre el patrimonio.
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En ocasiones, las empresas no hacen un análisis profundo de la situación antes de trazarse metas de reducción de costos (las cuales deben ser medibles y gestionables). Algunas, llegan a perderse al momento de maximizar y sustentar el impacto de la estrategia de reducción de costos.
La experiencia dicta que los errores más comunes cuando se intenta implementar una estrategia de reducción de costos operacionales suelen estar principalmente relacionados al hecho de que en muchas empresas no se realiza un proceso de gestión de cambio enfocado en los trabajadores. También, muchas organizaciones al momento de efectuar los casos de negocios, no consideran todos los impactos en beneficios y costos; adicionalmente se falla a menudo en la implementación de reportes claros que permitan el seguimiento de las acciones y sus resultados.
Toda empresa u organización, sea pequeña o mediana, puede desarrollar sus capacidades para enfrentar este tipo de desafíos. Para este propósito, existen varias cosas que se pueden realizar entre las que se encuentran: utilización de sistemas tecnológicos que las ayuden a gestionar de mejor manera sus costos, optimizar sus procesos en forma sistemática y llevar un control de los mismos.
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La gestión de costos se debe realizar tanto a través de iniciativas estratégicas, como tales como transformaciones del modelo de negocio, redefinición del modelo servicios, centralización o externalización de funciones, así como de iniciativas de índole más táctica, como la optimización de procesos puntuales, la racionalización del gasto externo, cumplimiento de políticas o reestructuraciones organizacionales, que permitan lograr resultados en el corto plazo, así como maximizar el impacto en un plazo mayor.
Los cambiantes escenarios económicos están obligando a las empresas a ir desarrollando este tipo de estrategias, esa es la tendencia en Latinoamérica y el mundo.
*Socio Director, Deloitte Nicaragua