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Karla Rostrán estaba desaparecida desde el pasado 10 de agosto. LAPRENSA/AFP

Ocho mujeres asesinadas en un mes en Nicaragua

En Managua las organizaciones defensoras de mujeres y feministas del país consideraron los crímenes contra mujeres como “una epidemia de gravedad”

Mientras defensoras de mujeres y parientes de víctimas de violencia marchaban hasta la sede nacional de la Policía, ubicada en Plaza El Sol en Managua, demandando que cese la violencia hacia las mujeres y que las autoridades apliquen la justicia, lamentaban la ocurrencia de un octavo crimen durante el presente mes en el país.

Gloria María Hernández Medina, de 36 años, fue la octava víctima a quien su excónyuge Freddy Antonio Acosta Moya le asestó tres cuchilladas.

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El caso se registró en la comarca La Escoba, número 2, jurisdicción del municipio de Diriomo, departamento de Granada.

La coordinadora de la organización Católicas por el Derecho a Decidir, Magaly Quintana, criticó que en el informe policial sobre muertes violentas menciona que de 49 mujeres muertas solo diez fueron femicidios. LA PRENSA/ ARCHIVO

Acosta Moya, de 42 años, comió nacatamal y luego se fue a espiar a su expareja, quien había salido un momento de su vivienda para hacer una llamada telefónica, sin imaginar lo que le esperaba.
Ambos habían procreado seis hijos durante una relación de más de 20 años y varios de sus hijos que son menores estaban en la casa cuando ocurrió el hecho sangriento.

El crimen se registró pasada las 7:00 p.m. de este miércoles. Yolanda Medina, madre de la víctima, dijo que su hija tenía dos meses de haberse separado de Acosta Moya, porque este le daba maltrato y era muy celoso.

Medina aseguró que el victimario estuvo en su casa desde las 3:00 p.m. Comió, se bañó y luego se durmió un rato. Después se levantó y fue a matar a su hija.

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“Él vino en la tarde, andaba un poquito de guaro en una botellita y me dijo: ‘Esa maje me anda loco’. Yo le respondí que la olvidara porque ella ya no lo quería”, contó Medina.

Al rato que salió Acosta Moya de la casa de Medina, ella fue a asomarse a la casa de su hija, “pero ya era muy tarde, mi hija se revolcaba en el suelo desangrada”. Acosta Moya colgó su camisa en un palo de jocote y como no había luz, su víctima no pudo verlo que la espiaba, explicó Medina.

Los familiares aseguran que la Policía detuvo a Acosta Moya la mañana de este jueves.

Nos están matando

En Managua las organizaciones defensoras de mujeres y feministas del país consideraron los crímenes contra mujeres como “una epidemia de gravedad”, según una carta a la nación leída por la defensora de mujeres Fátima Millón y en la cual advierten: “Nos están matando”.

En los últimos casos registrados de violencia hacia la mujer, los atacantes se han ensañado en sus víctimas. Algunas han sido decapitadas, desmembradas e incluso enterradas con vida. LA PRENSA/JADER FLORES

La carta pública fue leída frente a la sede policial en Plaza El Sol, a través de la cual destacan que con ese hecho sangriento suman 39 femicidios y 45 femicidios frustrados registrados en Nicaragua en lo que va del año.

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“Muchas de estas han sido violadas, otras dejan hijos en la orfandad, en la mayoría de los casos han puesto denuncias previas por la violencia sin obtener respuesta alguna”, señalan las organizaciones de mujeres.

Sepultan a Karla Rostrán

Casi a esa misma hora decenas de personas esperaron el féretro de Karla Rostrán Estrada, en el cementerio de Las Sierritas de Santo Domingo.

“¡Maldito! ¿Por qué le hicistes eso a una mujer?”, gritó en medio de llantos la adolescente de 17 años J.D.M.E., resignada por el atroz crimen que presuntamente cometió su papá.

Días atrás, las tres adolescentes hijas de la víctima habían aprovechado los medios de comunicación para mandarle un mensaje a su papá Francisco Ariel Mercado, donde le pedían que por favor les dijera dónde estaba la cabeza de Rostrán Estrada, porque no la querían enterrar incompleta.

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“Los hombres no deberían actuar así contra las mujeres, porque son hijos de mujer, a ellos no les va a gustar que le maten a una hermana, a su mamá, a nadie le va a gustar, son lacras de la sociedad, se hacen pasar que son del Ejército o de la Policía para hacer el daño”, expresó Socorro López, pariente de Rostrán, quien demandó al presidente designado por el Consejo Supremo Electoral, Daniel Ortega, mano dura con las personas que trabajan para él.

Mientras Luz Marina Estrada, madre de Rostrán, consideró que ya es tiempo de que hayan detenido al sospechoso. “¿O es que lo están protegiendo porque era militar? Quiero justicia porque lo que le hizo a mi hija no tiene nombre”, sostuvo Estrada.

Movimiento Feminista

Mirna Blandón, del Movimiento Feminista de Nicaragua, expresó que el Estado de Nicaragua “está siendo cómplice de este delito, porque al callar, al no aplicar la ley, al no asignar recursos (…) al no ser diligentes y al no procesar e investigar con celeridad, realmente lo que están haciendo es irrespetando el estado de derecho”.

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Al igual que Blandón, mujeres de distintas edades y vestidas de rojo y cargando fotografías de las víctimas, caminaron hacia Plaza El Sol desde las inmediaciones del Ministerio Público, en carretera a Masaya, en lo que llamaron la “Caminata del silencio”, para protestar por los crímenes contra mujeres.

“¡Alerta, nos están matando!”, decía una de las mantas. Blandón destacó que cada vez los femicidios son perpetrados con más saña y más crueldad, las mujeres cada vez están más en la indefensión, por ello la alerta roja de las organizaciones de mujeres con lo que quieren decir: “Nuestra vida vale”.

María José Escobar, madre de Anielka Espinoza, la joven universitaria asesinada hace un año en un cañaveral, siguió reclamando justicia porque no está conforme con la investigación del crimen contra su hija.

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Otra que hizo similar reclamo fue Ramona Mirna Rocha, madre de Claudia Pérez, asesinada en Hialeah en abril pasado y por lo cual fue declarada culpable su exsuegra Marcia Ramírez Obando, pero que considera que el crimen no lo cometió sola. “Yo quiero justicia completa, que caigan todos los que la asesinaron”, reclamó la madre de Pérez.

Que persigan a los agresores

Desde la calle las mujeres hicieron un llamado a la Policía Nacional a tomar con seriedad las denuncias que presentan las víctimas de violencia, a clasificar adecuadamente y dar el trámite correspondiente. También demandan a la Policía que persiga y encarcele a los agresores y femicidas, que muchos de ellos siguen en libertad, aunque conozcan su paradero.

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El jueves, las participantes en una caminata empapelaron el portón principal del complejo policial en Plaza El Sol, con los nombres de los autores de femicidios que siguen prófugos.

Las mujeres también demandan a la Fiscalía que cumpla con el papel de representante de las víctimas y busquen el castigo ejemplar para los femicidas, violadores y agresores. Y a los jueces, que apliquen la Ley 779, contra la Violencia hacia la Mujer.

Naturalizan crímenes

La caminata del jueves fue, según la dirigente del Movimiento Autónomo de Mujeres (MAM) , Juanita Jiménez, como una forma de interpelar al Estado por “la naturalización” que hacen de los crímenes contra mujeres, que para las defensoras son femicidios conforme a lo establecido en la Ley 779. Jiménez dice que hay desprotección de las mujeres cuando buscan una solución ante las instituciones del Estado para detener las agresiones de sus compañeros o de aquellos que ejercen violencia, y al no ofrecerles respuesta, las colocan en mayor riesgo.

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