De repente, Estelí perdió el miedo, se sacudió complejos y se abrió paso hacia el futuro con una determinación sorprendente, mientras coloca a los Leones contra la pared.
Por donde se vea, es admirable el trabajo del conjunto esteliano hasta ahora. Estar situado a una victoria de avanzar a la Final, es algo que no fue calculado por nadie, ni siquiera por sus más fervientes fanáticos o los especialistas más competentes, si es que existen en nuestro país.
Sin embargo, ahí está Estelí, firme, heroico y optimista. Listo para intentar su ofensiva final ante los Leones, quienes, tras deshacerse del Bóer, pensaron que tendrían la ruta despejada hacia la última etapa del campeonato, justo en la que se escribe la historia con coraje.
Lo que ha hecho Estelí era imposible de prever. Terminó sexto (39-29) en la primera etapa y clasificó como último en su grupo a los cuartos de final (10-10). Es decir, fue el octavo clasificado. De ahí que le tocó medirse a la Costa Caribe en la fase anterior, pero no se detuvo. Y sigue ahí.
Más allá de la percepción que existe, Estelí es un equipo de bateo (.296 colectivamente) y a pesar que se habla de su picheo, el 4.25 indica que no era tan confiable. Aun así, quitó de su camino a la Costa Caribe y ahora está a punto de hacer lo mismo contra los Leones.
Quizá lo más importante es que la consistencia de Elvin García —más el aporte de Esteban Pérez y Armando Montenegro— ha sido decisiva, lo mismo que la estabilidad que dieron los refuerzos Berman Espinoza (2-1 y 0-53) y Osman Manzanares en la recta final.
Ahora, todo eso es historia. Lo esencial es que Estelí ha dado el paso al frente que todos sus aficionados han anhelado. Pero falta uno más. El más grande. El que permite ir en pos de la cima del beisbol nacional.