La instauración de una nueva dinastía en Nicaragua, las violaciones de los derechos humanos, la represión a los campesinos anticanal, la corrupción administrativa y la crisis política e institucional de la nación, no han sido suficientes para que los principales líderes de la Iglesia, sea católica o evangélica, eleven su voz en los últimos tres años.
El silencio de los pastores ha generado todo tipo de explicaciones de parte de los politólogos. Para el analista y sociólogo Óscar René Vargas, la Conferencia Episcopal, como cuerpo colegiado, ha sido silenciada. El último pronunciamiento crítico contra Ortega en conjunto, lo realizaron en mayo de 2014. Desde entonces no han podido publicar un documento en que haya consenso.
Según Vargas, el silencio es la consecuencia de una estrategia dirigida desde el gobierno de Daniel Ortega y Rosario Murillo, con el objetivo de dividir las voces de los obispos de la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN) y quitarle fuerza a su mensaje pastoral que siempre ha calado en la conciencia ciudadana.
Lea también: Obispo Rolando Álvarez insta al Gobierno a no usar el INSS como caja chica
“En mi lectura yo veo que (el cardenal Miguel) Obando y Bravo ha influenciado en el silencio de la Conferencia Episcopal. No debemos olvidar que ahora Obando está a favor del Gobierno y el cardenal Leopoldo Brenes y Bosco Vivas, son influenciados por Obando y Bravo”, sostiene el analista político.
El 21 de mayo de 2014, los obispos en pleno se reunieron con Ortega, en la Nunciatura Apostólica y le entregaron la Carta Pastoral: “En búsqueda de nuevos horizontes para una Nicaragua mejor”.
En el documento, los obispos, entre la diversidad de temas, le sugirieron al mandatario garantizar un gran diálogo nacional con los partidos políticos de oposición y la sociedad civil. También le mencionaron que se necesitaba una profunda reforma política en el sistema electoral y que ofreciera su palabra de honor para garantizar elecciones libres, justas y honestas.
Sin embargo, Ortega ni siquiera meditó responder a las propuestas de los obispos, en las cuales le presentaron una serie de problemas del país desde económicos, sociales, políticos, ecológicos y hasta del núcleo familiar por algunas políticas gubernamentales que lesionan la intimidad de la familia.
Lea además: Obispo Abelardo Mata cuestiona labor de la OEA en Nicaragua
De acuerdo con Vargas, después que Ortega recibió de manos de los obispos la Carta Pastoral de mayo de 2014, inició una estrategia del Gobierno para silenciar y coaptar a algunos jerarcas católicos a través de regalías, presiones y tratos preferenciales.
“Algunos obispos, no todos, han sido neutralizados por el Gobierno. El Gobierno ha logrado coaptar a algunos obispos con regalías, con exoneraciones y dándoles respuestas sobre algunas recomendaciones personales. Pero pese a eso, no se ha podido silenciar a algunos obispos como monseñor Silvio Báez, monseñor Rolando Álvarez, monseñor Jorge Solórzano y monseñor Carlos Herrera, quienes sí han tenido voz propia y denuncian las arbitrariedades del Gobierno”, afirma Vargas. La CEN tiene diez obispos.
“No estamos divididos”
El arzobispo de Managua y presidente de la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN), el cardenal Leopoldo Brenes Solórzano, rechaza que el Episcopado esté dividido al explicar por qué no logran publicar desde hace tres años una Carta Pastoral en consenso.
“No estamos divididos, a veces los políticos quisieran que estemos sacando cosas, pero nuestra primera misión es pastoral, iluminar las realidades y generalmente lo estamos haciendo muy unidos”, sostiene Brenes.
Puede leer: Carta pastoral de obispos no ha sido “reflexionada”
Esa “unidad” se nota siempre, según Brenes, cuando algunos obispos se pronuncian a nivel personal. “Nosotros estamos trabajando las 24 horas y nos seguimos reuniendo y analizando las realidades y tomando opciones y tú te has dado cuenta cuando entrevistas a algún obispo no dice cosas fuera de la realidad. Quiérase o no, estamos en consonancia aunque hablemos a nivel personal”, insiste el jerarca católico.
Sobre las acusaciones que hacen los sectores sociales y políticos en contra del gobierno de Ortega, el arzobispo de Managua expresó que siempre en las valoraciones “hay que ver las cosas buenas y malas” que hacen los gobernantes.
“De todos los presidentes que hay en América Latina y el mundo, yo creo que no vas a encontrar un presidente ideal. Creo que todos tienen sus altibajos y yo creo que aquí toca al pueblo de Nicaragua hacer sus valoraciones respectivas (…) Yo siempre pienso que no solo tiene que verse el lado oscuro, sino siempre ver el lado positivo, entonces en toda esta administración pueden haber sus cosas negativas, pero también positivas y como decía mi abuelita, a veces hay que poner las cosas en una balanza”, añadió el cardenal.
Si por un lado, solo algunas voces entre los líderes católicos se destacan, en el sector de la Iglesia evangélica no se ha publicado ni una sola Carta Pastoral desde 2007, cuando Ortega asumió el Ejecutivo. El reverendo Rafael Arista, presidente de las Asambleas de Dios de Nicaragua —la congregación evangélica más grande del país— reconoció que aunque no hagan pública su posición sobre los problemas que aquejan al país, siempre lo hacen desde sus propios medios.
“Como líderes de la Iglesia evangélica nosotros no hemos hecho público algún comunicado, pero hemos estado vertiendo nuestras posiciones a través de las redes sociales, nuestros medios de comunicación que tenemos como institución”, señaló Arista.
En relación con la falta de credibilidad del sistema electoral, para el líder evangélico, la oposición política es la culpable. “El problema es de la oposición quienes nunca se unieron y se siguen peleando, y son quienes han dividido el voto, y los nicaragüenses todos están confundidos y no hayan ni qué hacer ni por quién votar. Entonces los que han causado este daño han sido los partidos de oposición”, expresó Arista.
Arista no critica al Gobierno y sostiene que la población se divide también en cuanto al tema de los cambios al sistema electoral, para que garanticen transparencia en las urnas.
“Yo creo que debe hacerse todo lo que abone a la confianza, porque hay un gran sector que está conforme como estamos y hay otro gran sector que está inconforme como estamos, y la realidad de los nicaragüenses es esa”, manifestó el líder evangélico.
Arista sugiere que todas las fuerzas políticas dialoguen y busquen una salida a los problemas del país. “Nosotros no somos políticos, somos una institución que nos ocupamos de nuestra liturgia y nuestras actividades propiamente religiosas, pero nos parece que sería saludable que por la paz todas las partes políticas del país puedan llegar a un consenso y evitar que Nicaragua siga viviendo los malestares que viene viviendo”, exhortó Arista.
Las iglesias en cifras
En Nicaragua, el protestantismo, como se le llama al sector evangélico, es un fenómeno religioso en expansión en los últimos años de acuerdo con distintas empresas encuestadoras.
Según una consulta de M&R Consultores de julio de 2015, la mayoría de los nicaragüenses continuaban siendo católicos (46.4 por ciento), los evangélicos suman 33.3 por ciento de la población.
Entre las misiones del pastor, según las sagradas escrituras, está la denuncia de las injusticias, lo que han reiterado los religiosos nicaragüenses desde sus tribunas. Los fieles no han escuchado desde hace un tiempo qué piensan del devenir de la Nicaragua actual.
Los obispos críticos
En medio del silencio de los obispos sobre la situación del país, el obispo de Granada, Jorge Solórzano, hizo pública el pasado año 2016 una Carta Pastoral diocesana, haciendo fuertes críticas al Gobierno, a quien acusó de utilizar a las instituciones para “transformar sus abusos y ambiciones de poder en formas y actuaciones ‘legalmente justificadas’” y que la oposición “no tiene su origen en motivaciones democráticas, sino en la búsqueda de mayores espacios de poder y en ambiciones personales”.
Lea también: Obispo Báez: “En Nicaragua hay una dictadura en gestación”
Algunos obispos, como monseñor Silvio Báez y Rolando Álvarez, respaldaron a Solórzano. Son tres los obispos críticos de la Conferencia Episcopal. Los otros son el de Estelí, Abelardo Mata, y el de Jinotega, Carlos Herrera. Mientras, Báez ha sido uno de los más críticos sobre la realidad institucional del país. En 2011, ya advertía que en Nicaragua había una dictadura en gestación, pero también ha cuestionado la apatía ciudadana, que se expresa en el desinterés por la realidad nacional de los nicaragüenses.
Líder evangélico exalta a Ortega
El reverendo Félix Ruiz, presidente de la Convención Bautista de Nicaragua, valora que el gobierno de Daniel Ortega ha hecho una importante gestión en lo que respecta a las políticas sociales, pero además sostiene que la economía del país “es bastante estable”.
Ruiz sugiere que para que en el país se busquen repuestas a la crisis política e institucional “se debe impulsar un diálogo”.
También exaltó los logros en materia de seguridad ciudadana que el gobierno de Daniel Ortega ha logrado.
¿Habrá mensaje de la CEN?
Mientras el cardenal Leopoldo Brenes, presidente de la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN), asegura que aún los obispos no han consensuado si habrá una Carta Pastoral sobre el tema electoral, monseñor Jorge Solórzano, obispo de Granada, aseguró que sí habrá un mensaje previo a las elecciones municipales. “Como Iglesia católica acompañamos muy de cerca a nuestras comunidades. Es decir, estamos inmersos en la realidad social, económica y política de nuestro pueblo. Juntos los obispos discernimos cuándo y cómo hablamos”, confirmó Solórzano.