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Paso de Lajas, Boaco

Pobladores tienen que cruzar el río a pie, porque el desborde del Fonseca destruyó el puente peatonal que ahí había sido construido. LA PRENSA/Melvin Rodríguez

Paso de Lajas, en Boaco, no tiene puente ni agua potable

El desborde del río Fonseca, además de afectar dos casas en el barrio Paso de Lajas, provocó la contaminación del pozo y el derrumbe del puente

El desborde del río Fonseca, además de afectar dos casas en el barrio Paso de Lajas, provocó la contaminación del pozo que abastecía a sus pobladores de agua potable y el derrumbe del puente que les servía como única vía de acceso hacia la ciudad.

Ahora sus pobladores cruzan el río caminando, con el agua hasta las rodillas, puesto que el puente colgante peatonal que les servía de acceso fue destruido por los árboles y demás desechos que arrastró el río en su desborde.

Muy cerca de la ribera, de esta parte contaminada del Fonseca, vive Reina Campos, quien perdió todas sus pertenencias a causa de la corriente de agua que llenó su casa.

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“Se nos llevó todo, aquí estamos arropándonos con esfuerzo de los vecinos, que nos están apoyando”, relató la afectada, quien aún no recibe ayuda de las autoridades municipales.

“Aquí no han traído absolutamente nada, andamos con ropita prestada, porque los vecinos nos han regalado (…). Estamos afligidos, necesitamos la ayuda del puente, que nos hagan el puente”, agregó.

A quitarse los zapatos

Lester Mendoza también sufre por la falta del puente, puesto que debe quitarse los zapatos y pasarse el río para llegar hasta la escuela. “Fue una tragedia lo que sucedió y lo peor es que el puente lo regalaron a una familia de más abajo, para que se lo llevaran en chatarra, ese mismo puente nos pudo servir para armar otro”, argumentó.

Para Nidia Oporta, pobladora de este barrio, la situación se ha tornado triste, porque en caso de otro desborde del río, ellos quedarán incomunicados una vez más. Sumado a la necesidad de tener que salir a buscar agua en otros barrios.

“Ahorita, para conseguir agua, también es crítico, porque donde nos vendían agua se rompió la tubería y no tenemos dónde ir a traer agua, tenemos un pozo, pero para tomar ahorita esa agua no sirve, está totalmente contaminada, entonces, no tenemos agua”, mencionó Oporta.

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A través de medios de comunicación la alcaldesa Karla Espinoza confirmó que se vieron afectadas 54 viviendas, ocho de ellas destruidas en su totalidad.

Informó que están limpiando el puente Santa Lucía, que quedó saturado de maleza y sedimento y destacó que el paso ya ha sido habilitado.

¿Vendieron los restos del puente?

Hasta el momento, la Cruz Roja está abasteciendo gratuitamente de agua purificada a los pobladores de este barrio, quienes tras el desborde del río Fonseca perdieron el pozo y el puente.

Pobladores consultados por LA PRENSA mencionaron que los restos del puente colgante quedaron varados varios metros abajo sobre el río, pero que las autoridades municipales regalaron dichos restos, para que fuesen vendidos como chatarra.

LA PRENSA intentó verificar dicho dato, pero la alcaldesa Karla Espinoza no fue encontrada en su oficina.

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