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Humberto Castilla Toledo

El Harvey, hacer puentes y no muros

Ante la inenarrable tragedia que aún estamos presenciando en la ciudad de Houston y otras del Estado de Texas en los Estados Unidos, podemos decir que este, definitivamente, no es momento de ironías sino para tomar consciencia, sobre todo en esta época en que ha prevalecido tanto odio, egoísmo y maldad.

Así, pienso que el momento es propicio para elevar plegarias de modo que en la cordillera de los Montes Apalaches (territorio donde el presidente Trump obtuvo la mayoría de sus votos durante las recientes elecciones presidenciales), este percance natural sirva como una lección digna de ser tomada en cuenta.

Ojalá que allí tomen nota, por ejemplo, de que todos somos hijos de un mismo Dios y de que todos pertenecemos a una sola raza, la humana.

Ojalá que allí tomen nota, por ejemplo, de que en esta vida se trata de construir puentes que nos unan y no muros que nos dividan.

Ojalá que allí tomen nota, por ejemplo, de lo que es tener que volver a empezar desde cero, una vez que lo inimaginable se abalanza sobre nosotros.

Ojalá que allí tomen nota, por ejemplo, de que la aparente división entre los más fuertes y los más débiles no es más que un espejismo, considerando que siempre habrá algo o alguien que tenga más poder del que nosotros aparentemente tenemos.

Ojalá que allí tomen nota, por ejemplo, de que no sabemos cuáles de nuestros vecinos podrían literalmente salvarnos la vida en el momento menos esperado.

Ojalá que allí tomen nota, por ejemplo, de que no hay una raza superior, sino una sola humanidad caracterizada por ser la suma total de las particularidades, virtudes y defectos de cada uno de sus componentes.

Ojalá que allí tomen nota, por ejemplo, que la diversidad que ofrecen las distintas comunidades étnicas, indistintamente de su procedencia, se constituye siempre en un importante activo en vez de un pasivo para el producto interno bruto de las naciones.

Ojalá que allí tomen nota, por ejemplo, de que una vida bien vivida se caracteriza por acumular experiencias llenas de sabiduría, en vez de riquezas materiales desprovistas de algún valor humano.

Ojalá que allí tomen nota, por ejemplo, de que el calentamiento global existe, de que es inconmensurable y que tiene un poder más destructivo y abrumador de lo que hemos visto en este único huracán.

Ojalá que allí tomen nota, por ejemplo, de lo que decían los nativos de América del Norte antes de la conquista… Que el ser humano pertenece a la naturaleza, y no al revés.

En fin… Ojalá que esta tragedia sirva para que en los Montes Apalaches tomen consciencia de que debiéramos vivir en armonía con todo lo que nos rodea, en vez de convertir nuestras vidas en un conflicto sistemático, estéril e innecesario, que no lleva a absolutamente nada.

De hecho, si hay algo que dejará en evidencia este infame huracán será que, durante los tiempos de Trump, es necesario más que nunca que la comunidad se ayude a sí misma plantando las semillas de la buena convivencia social.

La historia demostrará que no existe otra manera de reactivar la destruida economía del sureste de Texas.

El autor es comentarista político.

Opinión Texas tormenta tropical Harvey archivo
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