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Francisco Xavier Aguirre Sacasa

¿De cara a Armagedón?

Este fin de semana, el gobierno de Corea de Norte estalló una bomba atómica trece veces más poderosa que la que Estados Unidos (EE. UU.) utilizó para destruir a Hiroshima en los últimos días de la segunda Guerra Mundial. Esta prueba nuclear fue su sexta. Lo que preocupa es que el gobierno de Kim-Jong un simultáneamente anunció que ya poseía la tecnología para miniaturizar dicha bomba para transportarla en sus misiles con alcance intercontinental hasta blancos en los EE. UU. Aunque expertos internacionales consideran que esta afirmación podría ser exagerada, existe también un consenso que en un futuro no distante, quizás en menos de un año, Corea del Norte sí habrá perfeccionado sus armas nucleares y misiles hasta el punto que podrían destruir ciudades tan distantes como Denver, Colorado. Esto sí sería lo que los norteamericanos llaman un “game changer” o algo que cambiaría todo.

La insistencia de Corea del Norte de convertirse en una potencia nuclear —es el único país que ha detonado bombas nucleares en el siglo actual— y la inestabilidad del señor Kim han creado la situación más grave mundial desde la crisis de los cohetes rusos en Cuba en 1962. Existe el potencial de que estalle un conflicto bélico entre Corea del Norte por un lado y EE. UU., Japón y Corea del Sur por otro. Esta guerra podría ser convencional, lo cual resultaría en tremenda destrucción y pérdida de vidas en la península de Corea. Pero también existe la posibilidad de que Kim podría decidir bombardear nuclearmente a EE. UU. Ante esta posibilidad, no me cabe la más mínima duda que el gobierno norteamericano tomaría acciones anticipadas para neutralizar a la capacidad nuclear de Corea del Norte, incluyendo un ataque nuclear preventivo.

En los párrafos siguientes, brindo insumos sobre cómo la humanidad llegó hacia el precipicio del Armagedón en que, a mi juicio, nos encontramos.
EE. UU. fue el primer país en desarrollar bombas nucleares. Utilizando aviones B-29 de largo alcance, dejó caer las dos únicas bombas atómicas que tenía en 1945 sobre las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki prácticamente destruyéndolas. Esto contribuyó a la rendición del Japón y el fin de la Segunda Guerra Mundial.

La Unión Americana tuvo un monopolio de esta horrorosa arma hasta 1949 cuando la Unión Soviética estalló su primera bomba atómica. El “club” de potencias nucleares aumentó aún más cuando el Reino Unido y Francia estallaron sus primeras bombas en 1952 y 1960, respectivamente. A pesar de un intento de evitar la proliferación de armas nucleares a través de un tratado que, por cierto, Nicaragua firmó, cuatro otros países se han sumado al “club”: la China en 1964, India en 1974, Pakistán en 1998 y Corea del Norte en 2006 después de retirarse del Tratado de No Proliferación. Se sospecha que Israel también tiene armas nucleares y la capacidad de transportarlas largas distancia, pero nunca lo ha confirmado. Y es un hecho que Irán también aspira integrarse al club nuclear.
Los dos países con los arsenales nucleares más poderosos son EE. UU. y la Federación Rusia, que heredó las armas de la Unión Soviética (URSS). Durante los años de la “Guerra Fría” (1945-1989) la capacidad de ambas naciones de destruirse en un intercambio nuclear fue tan grande que se desarrolló una doctrina militar en la década de los años sesenta del siglo pasado que una guerra nuclear entre ambas potencias resultaría en la destrucción mutua asegurada de las dos y que por ende sería una locura. Esta doctrina es conocida como MAD, por sus siglas en inglés. Traducido al  español, MAD significa loco.

La doctrina MAD fue acogida tanto por Washington como Moscú y evitó, por ejemplo, que la crisis de los misiles rusos en Cuba no se degenerase en un holocausto nuclear. Durante la presidencia del presidente Ronald Reagan, EE. UU., con su ventaja tecnológica, comenzó a desarrollar un programa cuyo objetivo era defender a EE. UU. de un ataque nuclear destruyendo aviones y misiles con armas nucleares antes de que alcanzasen a su territorio. Esta iniciativa, llamado “star wars” —o la “guerra de las galaxias” por su críticos tanto en EE. UU. como otras partes—, acabaría con la doctrina MAD porque supuestamente le permitiría a EE. UU. derrotar a la URSS en un intercambio nuclear sin sufrir mayor daños.
La amenaza de “star wars” claramente contribuyó al acercamiento de Reagan y Gorbachov y al colapso posterior de la URSS. Cuando esto ocurrió, EE. UU. desenfatizó “star wars” hasta el punto que aunque Norteamérica tiene la capacidad de destruir algunos misiles con bombas nucleares antes de que llegasen a EE. UU., su “escudo” nuclear no es perfecto y no garantiza la invulnerabilidad de EE. UU. Esta es la tremenda realidad que impera ahora y lo que forma el marco en que EE. UU. y Corea del Norte se están enfrentando.

Lo lógico es que el empobrecido país de Corea del Norte se sentase a negociar una salida pacífica con EE. UU. y sus vecinos asiáticos —que incluyen la China y Rusia además del Japón y Corea del Sur—. Pero la triste experiencia es que en el pasado negociaciones de este tipo no han impedido que la dinastía Kim abandone sus aspiraciones nucleares y su agresividad.

En uno de sus tuits, el presidente Trump amenazó recientemente a Kim con “fuego y furia” si atacase a EE. UU. Más ominoso fue la sobria declaración del  secretario de Defensa estadounidense, el general Mattis, este domingo advirtiendo que una agresión norcoreana contra EE. UU. o sus aliados provocaría una masiva respuesta militar que liquidaría a Corea del Norte. Mattis obviamente preferiría una salida diplomática y habrá una reunión de emergencia del Comité de Seguridad de las Naciones Unidas para presionar a Kim. Pero, la diplomacia y las sanciones hasta la fecha no han disuadido a los Kim y no se puede descartar una escalada militar con consecuencias dantescas.

El autor es fue Canciller de Nicaragua.

COMENTARIOS

  1. alfer51kw
    Hace 7 años

    Es terrible que la paz Mundial y por ende la vida de miles de millones de personas esten en manos de dos personas de dudosa salud mental.

  2. Mauricio Davila Wills
    Hace 7 años

    De acuerdo a la situacion actual, ya practicamente nos encontramos al borde del precipicio, un pequeñisimo error de parte de un dirigente imbecil y nos fuimos toditos al hoyo.

    Quien sobreviviria una guerra termo-nuclear, a sabiendas que la temperaura en ese tipo de explosion se escala a los millones de grados????……. No habria ganadores ni vencedores, y ni mucho menos sobrevivientes sobre la faz de la tierra, muerte subita tendriamos, entonces podemos decir que el Armagedon ya nos alcanzo’.

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