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En 2007, el huracán Félix azotó la costa caribe norte de Nicaragua. LA PRENSA/ARCHIVO

Crónica de la destrucción de la Costa Caribe de Nicaragua por el huracán Félix en 2007

El impacto fue el 4 de septiembre de 2007 pero por más de 10 días, los equipos de rescate aparecían con heridos y muertos de todas las comunidades del Caribe Norte.

Fue un vuelo dramático: la Fuerza Aérea del Ejército de Nicaragua despegó a Puerto Cabezas cuando el huracán Félix aún se ensañaba en el Caribe Norte del país, con sus vientos de entre 260 y 310 kilómetros por hora.

El remozado AN-26 de la Fuerza Aérea partió aproximadamente a las 10:00 de la mañana del Aeropuerto Nacional Augusto C. Sandino hacia al aeropuerto de Bilwi. Iba cargado de medicina, alimentos, frazadas y plásticos, además de insumos de rescate para las brigadas de Defensa Civil que iban a bordo junto con unos cuantos periodistas.

La ruta que siguió fue extraña y extenuante: partió siguiendo la cola del huracán que en categoría 5 de la escala Saffir-Simpson trazó una trayectoria noroeste y se dirigió hacia Honduras después de barrer la costa Caribe Norte de Nicaragua.

Fue un vuelo turbulento y de muchas maniobras peligrosas, según explicó la tripulación al aterrizar en la pista de la devastada ciudad de Bilwi.

Huracán Félix
Portada del diario LA PRENSA del 07 de septiembre de 2007

Panorama apocalíptico

Desde el aire, miles de casas lucían sin techos y los llanos periféricos del municipio estaban poblados de grandes árboles caídos con sus raíces expuestas, doblados como palillos y rotos al centro.

El temor que embargó a bordo del avión al reportero gráfico Óscar Navarrete se transformó en incredulidad al bajar: en tierra el panorama era peor de lo que se veía desde el aire: había láminas de zinc por todos lados, postes y cables de tendidos públicos caídos, sin agua ni energía, cauces rebalsados y casas destruidas desde sus cimientos. Mucha gente lucía aún aterrorizada en sus refugios y en las calles poco a poco empezaban a aparecer los rostros desolados del desastre.

El impacto fue el 4 de septiembre de 2007 pero por más de 10 días, los equipos de rescate aparecían con heridos y muertos de todas las comunidades del Caribe Norte.

La región del Caribe nicaragüense constantemente es azotada por fenómenos naturales, lo cual propicia la falta de desarrollo de la zona. En la imagen los daños ocasionados por el huracán Félix, en el 2007.
LA PRENSA/ ARCHIVO

Miles esperaban noticias del mar

En el muelle de la ciudad, cada tarde, cientos acudían a esperar las lanchas de la Naval que traían los cadáveres de pescadores que no lograron salir vivos, mientras otros salían en sus pangas en la misma macabra misión de buscar cuerpos en altamar.

“Pasaban en el muelle todo el día, esperando noticias, no solo de los que estaban perdidos en los Cayos, también de los que vivían en las comunidades costeras. Ese dolor contenido es lo que más me impresionó del desastre y más cuando llegaron las primeras noticias del destino de sus familiares”, recuerda Miguel Álvarez, otro reportero gráfico que cubrió el impacto de Félix.

El huracán Félix destrozó la Región Autónoma de la Costa Caribe Norte el 4 de septiembre. Murieron 102 personas y 130 siguen desaparecidas, mientras 220,000 fueron damnificadas.

Los huracanes Mitch (1998) y Félix (2007) han generado pérdidas estimadas en 1.89 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) nacional. LA PRENSA/ARCHIVO

Pérdidas millonarias

Las pérdidas económicas se estimaron inicialmente en 900 millones en dólares y ciento por ciento de los cultivos se perdieron, según datos del Sistema Nacional de Prevención, Mitigación y Atención de Desastres Naturales (Sinapred). 22,000 casas fueron dañadas total o parcialmente.

Según el estudio “Impacto del Huracán Félix en la Región Autónoma del Atlántico Norte”, concluido en 2008 y elaborado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), adscrito a la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el impacto en la RAAN alcanzó un monto por daños de 13,395.02 millones de córdobas (equivalentes 716.31 a millones de dólares en la época).

“El monto de las pérdidas (30%) fue sufrido principalmente por la sociedad de la región: la población y las comunidades que se encuentran entre las de mayor pobreza y menor índice de desarrollo humano del país. Por ello representa una necesidad urgente del gobierno acudir en soporte de la recuperación de dichas pérdidas”, indicaba el estudio de las Naciones Unidas.

Los graves daños ambientales

La estructura del impacto del meteoro en la RAAN reflejó un gran daño sobre el medio ambiente (76.0% del total de daños y pérdidas).

El huracán afectó gravemente un millón 600 mil hectáreas de bosques y selvas. Los sectores productivos (agricultura, ganadería, pesca y silvicultura) significaron el 8.8% del daño total, con pérdidas del 90 por ciento de cultivos agrícolas y hasta el 95 por ciento de la capacidad productiva y comercial de la pesca, mientras la destrucción a los sectores sociales significó el 11% de los montos calculados, concentrados en la destrucción de las viviendas y enseres domésticos.

Los bellos paisajes tropicales de los Cayos Mískitos con su archipiélago de isletas verdes de aguas transparentes y las casas de dos plantas de diseños clásicos al estilo de New Orleans de Sandy Bay, desaparecieron con los vientos.

Los cocoteros y demás árboles habían sido doblados como palillos y la destrucción y restos de viviendas contaminaban la vista de esos sitios. Cuerpos de animales y personas se entrelazaban con basura y aperos de pesca entre los manglares costeros y ya las aves carroñeras volaban en círculos, muy alto en el cielo, para abalanzarse sobre las víctimas del huracán Félix.

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