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Carlos Alberto Rosales Purizaca

Por una educación más igualitaria

Hace unos días Malala Yousafzai, la persona más joven en recibir el Premio Nobel de la Paz, visitó México y dio una conferencia en el prestigioso Tecnológico de Monterrey. Durante su conferencia afirmó las ventajas sociales y económicas que puede tener un país que educa con igualdad.

Recordemos que desde los diez años, Malala empezó a realizar una campaña para defender los derechos de las niñas a la educación, pero cinco años después fue baleada por los talibanes cuando regresaba de la escuela.

Luego fue trasladada al Reino Unido y desde ahí continuó su lucha social, lo que le valió el reconocimiento internacional. Incluso, hace un par de años, en Estados Unidos, se rodó un documental basado en su historia, titulado He named me Malala, dirigido por Davis Guggenheim.

Hoy, en pleno siglo XXI persisten países donde se promueve el machismo con absoluta desfachatez y hay una total discriminación hacia la mujer. Por eso, Malala hizo hincapié en luchar por construir un mundo más humano y con acceso igualitario a la educación.

Durante su intervención instó a las miles de mujeres de esta región a creer en sí mismas y salir adelante pese a las enormes dificultades que atraviesan.

Cabe destacar que América Latina es una de las regiones más desiguales del planeta, donde en cada país, a pocos kilómetros de distancia entre una ciudad y otra, descubrimos diferencias sociales abruptas y vergonzosas.

En ese sentido, valoremos el mensaje de Malala para construir una sociedad más igualitaria. La Premio Nobel de la Paz, aseveró que sí todos somos seres humanos no hay ningún motivo para las divisiones.

La líder mundial motivó a los jóvenes para ser agentes de cambio y empezar a construir un mundo más humanitario. Pero sobre todo, el mensaje que hay que rescatar de Malala Yousafzai es que la única forma de sustentar un cambio notorio en nuestros países, es y será a través de la educación en todos sus niveles y formas.

Cuando educas a un niño, ayudas a una comunidad a crecer. Esas fueron las palabras de Yousafzai, y razón no le falta, pues los países que más han invertido en educación hoy se encuentran mejor posicionados para enfrentar los desafíos culturales.
Pero Malala no solo habló de educación, la fundación que promueve la activista paquistaní advirtió que América Latina es una región donde las niñas que viven en situación de pobreza se casan a temprana edad, mucho antes de los 18 años. Y agregó que en el mundo 130 millones de niñas no acceden a la escuela.

Como sabemos, en América Latina hay millones de niños y niñas que viven en la extrema pobreza. Malala es un referente para que los más pequeños accedan a una educación de calidad, pese a las adversidades que puedan encontrar en el camino.

También es un llamado de atención para que los funcionarios de las instancias públicas y privadas hagamos de esta región un mejor lugar para vivir. No existen fronteras para crecer como seres humanos, en una sociedad que respeta y promueve los derechos, en especial de los niños y niñas.

El autor es periodista.

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