Lecciones de Benjamín Franklin escritas en 1758, aún para considerar hoy.
- Pobreza y Pereza: La pobreza alcanzará a quienes caminen con la lenta velocidad de la Pereza. Si se ama la vida, derroche el tiempo, porque de eso está hecha la vida. Malgastar el tiempo es derrochar la posesión más valiosa: los limitados días de nuestra existencia. Para el perezoso, toda tarea es ardua. Si uno se levanta tarde, debe apresurarse todo el día.
- Gastos: Si compra lo que no necesita, después venderá lo que necesita. Quien siempre saca de la cesta de comida, y nunca pone nada, pronto llega al fondo. Vano orgullo por la vestimenta es maldición segura. Antes de consultar la moda, consulte el bolsillo. Antes de comprar un nuevo abrigo, use el viejo por más tiempo.
- Deudas: Para conocer el verdadero valor del dinero, trate de pedir prestado. Endeudarse significa dar a sus acreedores poder sobre su vida. La labor paga deudas, mientras que la desesperación las incrementa.
- Conducta: Decir a la gente cómo actuar no cambia su comportamiento. La experiencia nos ofrece duras lecciones, pero son las únicas lecciones que los “tontos” aprenden.
Los Impuestos son onerosos, pero nada comparado con lo que los ciudadanos se imponen: la ociosidad grava a cada cual con “el doble”; el orgullo, con “el triple”, y la insensatez, con “el cuádruple” de lo que hace cualquier gobierno.
- Negocios: Atienda su tienda y su tienda lo atenderá. Un pequeño agujero hunde un gran barco. Lograr algo requiere trabajo duro, pero, si tiene un “oficio”, posee un “patrimonio”. Si su oficio es su “vocación”, no hay mucho más que pedirle a la vida, pues una vocación le permite trabajar con orgullo y amar lo que hace. Las ganancias financieras son efímeras, mientras que los gastos necesarios perduran. A quien madruga, Dios lo ayuda.
- Ahorro: Para la edad y la necesidad, ahorre lo que quiera; ningún sol mañanero dura todo un día. Si no escucha la Razón, ella seguramente le llamará la atención. Quien siempre saca de la cesta de comida, y nunca pone nada, pronto llega al fondo. Cuando el pozo está seco, se comprende el valor del agua.
- Deporte: La actividad nos mantiene sanos, porque “lo que no se usa se atrofia”.
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