La Habana, donde el intenso huracán Irma se despidió de Cuba, amaneció este domingo sin grandes estragos, pero su emblemático Malecón fue devorado por la furia de las inmensas olas que el fenómeno arrastró a su paso.
Casi toda la ciudad quedó sin servicio de electricidad, la cual fue desconectada preventivamente antes de comenzar el embate de Irma. El panorama de La Habana fue de inundaciones fuertes, numerosos árboles derribados y destrozos de diversa consideración.
El impacto de los vientos y del mar ha roto cristales y puertas en quioscos de ventas situados en zonas inundadas del Malecón, lo que algunas personas han aprovechado para rebuscar artículos entre las aguas. En ese sentido, el Ministerio del Interior advirtió de que realizará “acciones preventivas” para enfrentar posibles actos de “vandalismo”.
Muchos habaneros habituados a lidiar con ciclones y sus consecuencias afirman que en esta ocasión ha sido “insólita” la magnitud de las penetraciones marinas.
Imágenes | Así quedó Cuba tras el paso del huracán Irma
Autoridades de la capital cubana han declarado que hay daños pero aún habría que esperar por su cuantificación, aunque en algunas zonas de la ciudad los propios vecinos han iniciado las labores de limpieza para retirar los arbustos de las calles y algunos negocios gastronómicos particulares han reabierto.
Cayos de la costa norte con daños
Los cayos de la costa norte de Cuba, que fueron la zona de la isla por la que el ojo del huracán Irma pasó más cerca, sufrieron graves daños materiales, en especial la infraestructura hotelera y el “pedraplén”, la carretera que une estos islotes con tierra firme, informaron medios locales.
En el “pedraplén” que une los cayos de la provincia de Ciego de vila con el litoral resultaron dañados seis de doce puentes, así como tuberías y conexiones de fibra de vidrio, ya que las principales infraestructuras de suministro para los cayos discurren por esta carretera ganada al mar.
En declaraciones del general Ramón Espinosa, viceministro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias se difundió que en estos lugares no se registraron daños personales, ya que solo quedó un mínimo retén de trabajadores, mientras que unos 36.000 turistas fueron evacuados a lugares seguros de la isla o retornaron a sus países de origen.
Una de las infraestructuras más afectadas fue el aeropuerto internacional de Jardines del Rey, el cual se encuentra en muy mal estado y cubierto de escombros debido a los fuertes vientos que peinaron este enclave, aunque el equipamiento tecnológico del aeródromo fue previamente resguardado.
La planta hotelera de Cayo Coco, Cayo Santa María y Cayo Guillermo, tres de los principales centros turísticos de sol y playa de la isla, también sufrió cuantiosos daños, sobre todo en las cubiertas y en las dependencias de acceso y recibidores. Cayo Guillermo ha sido el menos afectado, según las primeras inspecciones sobre el terreno.
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La viceministra cubana de Turismo, Mayra lvarez, precisó que las habitaciones recibieron impactos menores, lo que reducirá el tiempo de recuperación de los hoteles, según un reporte de la Agencia Cubana de Noticias.
El turismo es la segunda fuente de ingreso de divisas a la economía cubana, solo por detrás de la exportación de servicios profesionales, por lo que la devastación de buena parte de los lugares de sol y playa de la isla supone un duro golpe para la economía del país.