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El martes 11 de septiembre e 2001 dos aviones comerciales penetraron en las Torres Gemelas de Nueva York, Estados Unidos, en uno de los atentados terroristas más grandes de la historia. LA PRENSA / AP.

El martes 11 de septiembre de 2001 dos aviones comerciales penetraron en las Torres Gemelas de Nueva York, Estados Unidos, en uno de los atentados terroristas más grandes de la historia. LA PRENSA / AP. LA PRENSA /AP

El horror de los atentados terroristas del 9/11

Laura Dogu, Arnoldo Alemán, Sergio Ramírez, Javier Carrión y Eduardo Enríquez recuerdan cómo vivieron los atentados del 9/11 del 2001, el más letal en la historia de los Estados Unidos.

Las Torres Gemelas tuvieron una corta vida de 28 años. Sus puertas se abrieron al público en 1973 con el imponente mote del “edificio más alto del mundo”, con sus 110 pisos, y se cerraron en 2001 con el atentado terrorista más letal de la historia. Ese año, el martes 11 de septiembre, dos aviones de pasajeros secuestrados se incrustaron en la Torre Norte a las 8:46 a.m. (hora local) y en la Torre Sur a las 9:04 a.m., y sentenciaron su derrumbe en los próximos minutos. Sentenciaron, también, la vida de 2,628 personas.

Pero el atentado no solo tomó lugar en el complejo financiero World Trade Center (WTC) de las Torres Gemelas neoyorquinas. Casi en simultáneo, otro avión civil secuestrado se estrelló contra un costado del Pentágono, la sede del Departamento de Defensa estadounidense en Virginia, y otra aeronave con pasajeros se estrelló en Pensilvania sin llegar a su objetivo final producto del enfrentamiento de pasajeros con los terroristas secuestradores. El dato oficial contabilizó 2,997 muertes en total, más la de los 19 criminales suicidas que se hicieron con el mando de las cabinas, todos de origen árabe y pertenecientes, según la versión del Gobierno de Estados Unidos, a la célula terrorista Al Qaeda, liderada entonces por Osama Bin Laden.

El 11-S o 9/11, como se denomina en inglés, se convirtió en una fecha negra mundial, y las imágenes del caos se volvieron inolvidables. En Revista Domingo preguntamos a personalidades nicaragüenses cómo vivieron esos momentos. Cómo se enteraron de la noticia y qué pensaron. Los recuerdos siguen muy vívidos en la mente del expresidente Arnoldo Alemán, el entonces jefe del Ejército, general en retiro Javier Carrión, la embajadora Laura Dogu, el escritor Sergio Ramírez y el periodista Eduardo Enríquez.

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Laura Dogu

Embajadora de EE.UU.
Laura Dogu, Embajadora de los Estados Unidos en Nicaragua. FOTO: LA PRENSA/ URIEL MOLINA

Embajadora de Estados Unidos en Nicaragua

El 11 de septiembre de 2001 Dogu se encontraba trabajando en la Embajada de Estados Unidos en El Cairo, Egipto, como supervisora de la sección de visas, por lo que debido a la diferencia horaria los ataques en Nueva York que tuvieron lugar en la mañana, para ella sucedieron en la tarde.

Esa tarde, nos cuenta, había tenido una reunión fuera de la oficina, de manera que al finalizar la reunión, se dirigió directamente a su casa.

“Allí mi esposo me dio la noticia de que dos aviones se habían estrellado contra el World Trade Center. Aunque en un inicio me quedé estupefacta, pronto me di cuenta que tendría trabajo por delante e inmediatamente regresé a la Embajada para participar en reuniones de emergencia”, narra.

Durante las siguientes horas la magnitud de los ataques en Nueva York, Washington y Pensilvania se hizo evidente. El embajador norteamericano en Egipto decidió cerrar la Embajada el 12 de septiembre hasta que pudieran entender lo que estaba ocurriendo en Estados Unidos.

Vista aérea del Pentágono tras el ataque terrorista del 11-S. LA PRENSA / AP

Vista aérea del Pentágono tras el ataque terrorista del 11-S. LA PRENSA / AP

“Como todo el mundo, vimos la televisión la noche entera tratando de entender lo sucedido en casa”, recuerda Dogu. “La tarde del 12 de septiembre los medios estadounidenses comenzaron a informar que el líder de los secuestradores había sido identificado y que se trataba de un egipcio. Funcionarios estadounidenses y egipcios empezaron inmediatamente a trabajar juntos en la investigación y tanto mi oficina como yo nos vimos en el medio. Existía la preocupación que pudieran haber otros planes de ataques y por varias noches a partir de entonces, recibí llamadas nocturnas para que fuera inmediatamente a la Embajada a ayudar a los investigadores. Empecé a dormir con ropa al lado de mi cama para poder levantarme y salir rápidamente de la casa. Todavía recuerdo muchas madrugadas, a eso de las 3:00 de la mañana, manejando a prisa por las calles de El Cairo hacia la Embajada, procurando evadir los camellos que iban arreados en grandes grupos hacia el mercado. Durante el resto de mi estadía en Egipto estuve ocupada trabajando de cerca en la investigación. Nunca olvidaré estos eventos o las miles de vidas que se perdieron. Todavía, después de 16 años, el terrorismo continúa siendo un problema que puede afectar a cualquier país en cualquier momento y es importante que todos los países del mundo trabajen juntos para prevenir los ataques”.

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Arnoldo Alemán

Arnoldo Alemán, presidente de Nicaragua entre 1997 y 2002. LA PRENSA / Óscar Navarrete.
Arnoldo Alemán, presidente de Nicaragua entre 1997 y 2002. LA PRENSA / Óscar Navarrete.

Presidente de Nicaragua entre 1997 y 2002

El presidente Arnoldo Alemán vivía para septiembre de 2001 sus últimos meses como mandatario de Nicaragua. En la fecha de los atentados se encontraba de visita oficial en Santo Domingo, capital de República Dominicana.

“Ese día me daba una cena oficial el presidente Hipólito Mejía”, cuenta Alemán. “A mí me agarró la noticia del atentado de visita en uno de los poderes del Estado, que era la Suprema Corte de Justicia. La noticia me la dieron en la misma Corte, me llegó a avisar el mismo presidente de la SCJ, que había un atentado, pero al principio creía que era un simple accidente en una de las Torres Gemelas. Hasta cuando el segundo, ya de visita en la oficina del expresidente Leonel Fernández, que también fue compañero mío durante mi mandato, ya ahí se sabía que era un acto terrorista, pero no se sabía quién lo perpetraba”.

Quedó estupefacto ante la “temeridad y la barbarie”.

Sobrevivientes de los ataques del 9/11 huyen en la zona del derrumbe de las Torres Gemelas. LA PRENSA / AP

Sobrevivientes de los ataques del 9/11 huyen en la zona del derrumbe de las Torres Gemelas. LA PRENSA / AP

“Imaginate vos a todos los pasajeros, el terror… Y ver a la gente saltar de los edificios… Queda uno impresionado. Eso no se puede borrar de la mente. Yo creo que no hubo nadie que mirara eso y no quedara adolorido y atemorizado de los acontecimientos”, dice el expresidente.

Más tarde, ese año, siempre como mandatario Alemán asistió a las Naciones Unidas, cuyo sillón se encuentra en Nueva York, y visitó la Zona Cero o sitio donde se derrumbaron las torres.

“Eso es imborrable. Y cuando hay cualquier acto de terrorismo lo primero que uno trae a la mente es lo acontecido en el 9/11. Fijate que por ejemplo ahora con este acto terrorista contra nuestra vice alcaldesa (Zeneyda Patricia Salgado), es un acto de terrorismo que no es justificable en un momento que debe ser celebrado como fiesta cívica que por pasiones políticas sucede esto que matan a una persona, un ser humano, y deja a cuatro niños en la orfandad. Imaginate cuántos niños habrán quedado en la orfandad en el 9/11”.


Sergio Ramírez

Sergio Ramírez, escritor nicaragüense. Managua FOTO LA PRENSA/Lissa Villagra

Escritor nicaragüense

“Este no es un accidente aéreo, esto es deliberado porque el área de Manhattan no es zona de sobrevuelo”, dijo Ramírez cuando miró el segundo ataque. Ese día fue extraño para él, porque se enteró de la noticia estando en vivo en un plató de televisión.

“Yo estaba en el estudio de TV de Canal 2 en un programa matinal porque estaba en la etapa de promoción de mi libro de cuentos Catalina y Catalina que se iba a presentar en esos días. Y entonces en eso el entrevistador —Joel Gutiérrez— me dijo que algo estaba ocurriendo y vimos en los monitores de televisión que ellos tenían que ya una torre estaba ardiendo. Y vimos el momento en que el otro avión se dirigía a la otra torre. Entonces el conductor del programa me dijo que qué pensaba yo y hablé”, rememora Ramírez.

Lea además: El 11-S, el día que cambió al mundo

El segundo avión entra en la Torre Sur del World Trade Center, a las 9:04 am (hora local) del martes 11 de septiembre 2001. LA PRENSA / AP

El segundo avión entra en la Torre Sur del World Trade Center, a las 9:04 am (hora local) del martes 11 de septiembre 2001. LA PRENSA / AP

Allí fue que Ramírez habló de un golpe deliberado. El presentador le preguntó que dónde era eso exactamente y el escritor, que había estado incluso en la azotea del World Trade Center, sacó un lapicero, un papel y dibujó la isla, la zona financiera, donde estaban las torres, y entonces Gutiérrez le preguntó si podían explicar eso al aire, para los nicaragüenses.

“Le dije que sí y dije con toda convicción que se trataba de un acto terrorista”, dice el literato. “La importancia que tenían las torres, dónde estaban situadas… No podía ser de ninguna manera un accidente. Y bueno, ahí terminó todo. La entrevista se fue al carajo y de ahí todo el mundo solo de eso hablaba. De repente yo terminé convertido en conductor de televisión, explicándole al público dónde quedaban los lugares. Lo terrible fue que vimos cómo el segundo avión entró en la torre. Ya cuando vine aquí a mi casa ya estaban las otras noticias, del Pentágono, y el avión de que iba para Los Ángeles de Boston que botaron los pasajeros, pero eso solo se supo después”.


Javier Carrión

La Prensa

Comandante en Jefe del Ejército de Nicaragua entre 2000 y 2005

El jefe del Ejército nicaragüense viajaba esa mañana de Managua a Ciudad de México vía Panamá, y en el momento exacto del atentado, el avión hacía escala en Ciudad de Panamá.

“Yo estaba de viaje a México, iba a las fiestas patrias mexicanas. Estaba en Panamá y se había atrasado el vuelo. Estuvimos esperando un buen rato y después llegó una azafata y nos dijo que había un atentado en Nueva York. Estuvimos detenidos un rato, no sé cuánto tiempo pasó, y después autorizaron salida a México DF. Cuando llegamos, que me estaban esperando, fuimos a una sala VIP y estaban las imágenes de CNN en directo. Fue la primera vez que miraba las imágenes ya con el suceso establecido”, comenta Carrión.
El general recuerda que sintió escalofríos por el impacto de la noticia. Ver en vivo fue lo más fuerte, dice.

Apenas pudo, Carrión llamó a la Comandancia de la Fuerzas Armadas nicaragüenses para recoger información no pública que se tenía, porque, como explica, Nicaragua poseía relaciones militares con Centroamérica, México, China Taiwán, España, Colombia y Estados Unidos, entonces trató de indagar por más información.

Una de las fotografías más famosas de los ataques del 9/11, tomada por Chao Soi Cheong cuando el segundo avión colisionó con la Torre Sur del WTC.

Una de las fotografías más famosas de los ataques del 9/11, tomada por Chao Soi Cheong cuando el segundo avión colisionó con la Torre Sur del WTC.

“Después de ese viaje, como el 18 de septiembre, yo fui a Miami a entrevistarme con el general Peter Pace, que estaba de jefe en el Comando Sur en ese momento. Estados Unidos y el general Pace nos habían mencionado la preocupación de los misiles antiaéreos que teníamos nosotros, que tenemos (misiles SAM 7), y yo le había pasado en confidencial al mando militar estadounidense, con aprobación del presidente de la república, los registros de archivo de los números de cada uno de los misiles y habíamos hablado de las medidas de vigilancia de los misiles y el apoyo que nos podían dar en los almacenes y todas esas cosas. Y entonces yo le hice la pregunta al general Pace si la preocupación que ellos tenían de los misiles había tenido relación con información que tenían antes de lo del 11 de septiembre, pero me dijo que no. No tenía nada que ver. Que no tenían esas alertas”.

Aunque como militar vivió muchos momentos importantes, Carrión cuenta que para él el 11-S, por la envergadura, no es comparable con otras noticias.


Eduardo Enríquez

La Prensa

Editor en Jefe de LA PRENSA

P ara 2001 Enríquez ya era Editor en Jefe de LA PRENSA, el diario más importante de Nicaragua, y solía llegar a media mañana a la Redacción, pues su trabajo se estira hasta el cierre de cada edición, entrada la noche. El martes 11 de septiembre de 2001, el atentado lo tomó en su casa con su esposa y sus hijos, que por entonces estaban muy pequeños.

“Estaba viendo el programa Buenos Días de Canal 2 con Joel Gutiérrez, que estaba entrevistando a Sergio Ramírez, e interrumpieron la entrevista porque había chocado un avión con una de las Torres Gemelas. No sabían mucho pero comenzaron a transmitir lo que tenían en CNN”, recuerda.

Ya cuando se dio el segundo choque, se hizo lógico para él que no era un accidente. “Teníamos que ponernos a trabajar en eso. Era muy incipiente el internet nuestro, así que lo que hicimos fue venir al diario y decidimos que íbamos a hacer una edición especial porque no se podía tratar como una noticia normal”, explica el periodista. “Estaba de editor de Internacionales Alberto Alemán y yo le pedí a Fabián Medina que se encargara con Alberto de armar esa edición porque tampoco era una cuestión que pudiera armar un solo editor. Fabián dirigió esa cobertura para poder nosotros armar algo que fuese memorable. A pesar de que era nuevo el siglo, esa era ya la noticia del siglo, y probablemente siga siendo la noticia del siglo a menos que a Kim Jong-Un se le ocurra hacer alguna locura”.

Portada impresa de LA PRENSA del miércoles 12 de septiembre de 2001.

La portada del día siguiente mostraba una fotografía del impacto del segundo avión contra el World Trade Center con el titular a ocho columnas: “Armagedón”. El título lo escogió Enríquez porque “era el ataque al corazón financiero del mundo”.

“A mí me dio la impresión que iban a cambiar las cosas o a llevar al inicio de una guerra que no iba a terminar ahí no más”, expresa. “El Armagedón tiene un connotación de la guerra entre el bien y el mal. Estamos a 16 años y todavía no ha terminado. Irak, Afganistán e ISIS es el resultado de eso. Por la magnitud de las muertes y por lo que ha venido, es una noticia que sigue en desarrollo”.

Para Enríquez, el 11-S es la noticia más impactante que él ha vivido. Noticia impactante. “El mundo sería muy distinto si esta situación no se hubiera dado”, dice.

En los atentados del 11-S se contabilizaron 2,997 muertes en total, incluyendo a los 19 criminales suicidas que se hicieron con el mando de las cabinas de las cuatro aeronaves utilizadas como armamento. El número de heridos sobrepasó los seis mil. LA PRENSA / AP

En los atentados del 11-S se contabilizaron 2,997 muertes en total, incluyendo a los 19 criminales suicidas que se hicieron con el mando de las cabinas de las cuatro aeronaves utilizadas como armamento. El número de heridos sobrepasó los seis mil. LA PRENSA / AP

La Zona cero en la actualidad, con dos fuentes luminosas en los lugares donde se encontraban las Torres Gemelas. LA PRENSA / Thinkstock

La Zona cero en la actualidad, con dos fuentes luminosas en los lugares donde se encontraban las Torres Gemelas. LA PRENSA / Thinkstock

El vacío que dejó el derrumbe de las Torres Gemelas es llenado ahora por las potentes luces de las fuentes de la Zona cero. LA PRENSA / Thinkstock

El vacío que dejó el derrumbe de las Torres Gemelas es llenado ahora por las potentes luces de las fuentes de la Zona cero. LA PRENSA / Thinkstock

En 2015 las Torres Gemelas fueron sustituidas finalmente por el One World Trade Center, el edificio más alto de los Estados Unidos. Aquí, el rascacielos de 546 metros de altura, se ve junto a una de las fuentes del memorial de los ataques del 11-S. LA PRENSA / Thinkstock

En 2014 las Torres Gemelas fueron sustituidas finalmente por el One World Trade Center, el edificio más alto de los Estados Unidos. Aquí, el rascacielos de 546 metros de altura se ve junto a una de las fuentes del memorial de los ataques del 11-S. LA PRENSA / Thinkstock

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COMENTARIOS

  1. Guillermo
    Hace 7 años

    en los circulos periodisticos estadounidenses ya casi nadie pone en duda que esos fueron atentados de falsa bandera orquestados por el mismo gobierno, para tener “manos libres” y “cambiar” al Medio Oriente y “quitar” los gobiernos “molestos” o demasiados “independientes”… y casi lo logran!!! destruyeron Irak, destruyeron Libia, y han degradado severamente a Siria, pero lograron derrocar al gobierno de Al-Assad… el objetivo ultimo era destruir tambien Iran y asi, tener “via libre” por el Mar Caspio para completar el cerco hostil a Rusia, lo cual de haberse producido la ocupacion de Crimea por la Otan, hubiera dejado a Rusia virtualmente manos arriba, pues las distancias para atacar sus centros neuralgicos serian tan cercanas y peligrosas que estos hubieran tenido que capitular… pero en Siria fueron frenados todos estos siniestros planes, los cuales ya desde la epoca de las presidencias de Bill Clinton estaban escritos y bastante delineados en sus detalles…

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