Llegó el último día de la temporada y el Frente Sur Rivas continuaba ahí, firme, terco, determinado a no dejar escapar la posibilidad de acabar con una extensa espera de 35 años capturar el título de campeón.
Y a pesar de su juventud e inexperiencia, el equipo exhibió un equilibrio emocional impresionante y cerró su labor con un trofeo que lo sitúa en la cima del beisbol nacional.
¿Alguien imaginó al Rivas llegando lejos y ganando el título? Ni el mánager Eloy Morales seguro pensó en esa posibilidad, pero de nuevo hemos visto cómo la realidad es más sorprendente que la imaginación.
El Frente Rivas se impuso en una liga donde había por lo menos cuatro equipos con mejor personal (Costa, Dantos, Bóer y León) y otro tanto con más experiencia, pero ninguno sacó provecho tan bien de sus herramientas como lo hicieron los sureños.
Al final, Rivas fue el mejor equipo de la liga, tomando en cuenta que fue el que logró el objetivo tras el cual 18 clubes decidieron enfrentarse. El mejor equipo está determinado por resultados. Los demás quedaron en el camino.
¿Y qué fue lo mejor del equipo rivense? Los datos indican que su picheo (3.24). Los hechos que su combatividad. Solo con carácter se podía vencer con un plantel con 21.5 años promedio y que no fue favorito en nada.
Los rivenses saben lanzar, se defienden bien y corren las bases agresivamente. Su bateo fue creciendo a través de la campaña, pero su mayor desarrollo lo alcanzaron en su valentía para ir a la cima y lograr conquistarla.
Rivas aún toca mucho, pero es parte de un recurso que les permite compensar la falta de fuerza, sin embargo con esa juventud y el talento que tiene, quizá deberíamos prepararnos para verlo con alguna frecuencia en la cima.
Bateadores como Luis Montealto, Yeltsin Solís, Félix Castillo, además de juventud, tienen proyección de poder, lo que unido a la madurez de Víctor Duarte, Carlos Vanegas y Santiago Jiménez, equilibra el plantel.
Hay mucha picardía en jugadores como Bryan Ruiz, aunque a veces se excede innecesariamente, pero todos corren en las colchonetas con buenos instintos y aprovechan cualquier vacilación para avanzar.
Su staff es notable. Juan Bermúdez, a pesar del cansancio al final, fue el lanzador cumbre del equipo, con Marlon Altamirano como el carabinero más estable y efectivo, mientras Pedro Torres se excedió en el cierre y Carlos Estrella aportaba experiencia valiosa.
En ese equipo no hay un cañoneros como Juan Cabrera o José Ramón Ocampo, o lanzadores como Adolfo Álvarez o Leoncio Martínez, pero entre todos, uniendo esfuerzos, han llegado a la cima.